44. ¿Qué haces aquí?.

75 20 6
                                    

Demonios que hace aquí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Demonios que hace aquí. —me pregunto—.

—me quedo unos segundos en silencio—.

—Automáticamente se me llenan los ojos de lágrimas, trato de limpiarmelas lo más sutilmente posible. Pues estoy consiente de que me encuentro al frente de unas 500 personas—.

Volteo a ver a mi familia y están todos admirados viéndome y escuchándome hablar. —Al ver esa escena me lleno de valor para continuar haciéndolo, así que me trago el nudo que se poso en mi garganta, y vuelvo hablar—.

-Disculpen las lágrimas, es la emoción.

—todos me aplauden—.

—continuó, desviando mi mirada otra vez hacia mis compañeros—.

-En este camino llamado vida he aprendido muchas cosas, los altos y bajos nos cambian, nos transforman y nos hacen prepararnos para cualquier situación que se nos presente a lo largo de nuestro crecimiento.

Con esto quiero aclarar que esta bien que nos quedemos abajo de vez en cuando. Nunca esta de más que algo no nos salga como lo esperamos pues
debemos aprender, aceptar nuestros errores y transformarlos en nuevas oportunidades.

No siempre todo será perfecto por mucho que lo deseemos porque debemos de entender que Dios destruye nuestros planes cuando ellos estan a punto de destruirnos a nosotros.

Pero saben que?. —sonrió—.
Afortunadamente siempre existen otros días, otros sueños y otras personas.

Lo mejor esta por venir en este nuevo ciclo que esta por abrirse.

Mi gratitud y amor para todos mis colegas.
¡Felicidades graduados!, sin más que agregar me despido. —me salen más lágrimas, así que las limpio rápidamente—.

—Todos me aplauden y gritan; así se hace Heaven, por eso te elegimos, te queremos, gracias, Dios te bendiga, eres grande, y un sin número de comentarios positivos de parte de todos. —Quienes se ponen de pie después de que termino de hablar—.

—volteo a ver nuevamente a Gabriel y doy cuenta de que esta aplaudiendome—.

Que estúpido -pienso- que no se da cuenta que el simple hecho de tenerlo ante mi presencia me daña.

—Me bajo del estrado inquieta ya me quiero ir a casa. Pero falta una cosa más así que me siento—.

—Se levanta el director a hablar—.

-Bueno sin más que agregar pónganse de pie jóvenes.

—todos nos levantamos—.

-En 3,2,1 ¡Felicidades Graduados!

—Todos tiramos el birrete al aire—.

-La ceremonia ha finalizado. —anuncia—.

—Nos abrazamos, y nos quitamos la toga—.

—Después de abrazarlos a todos, y agradecer a mis docentes y director busco rápidamente a mi familia—.

Y ahí estaba todos. Mi madre, mi padre, mi hermana, Amalia, Eithan, Doña Sugey, Don Mario, Ian, Ariadne por supuesto, Doña Elizabeth, Don Eduardo, todos estaban muy contentos no paraban de felicitarme y de repetirme cuan orgullosos estaban de mi.

—les agradezco, los abrazo y los elogio a todos, se ven muy bien—.

—Me encuentro de espalda y todos están frente a mi—.

—Estabamos hablando de lo bonito que me había expresado en las palabras de agradecimiento cuando en eso todos cambian repentinamente sus expresiones faciales—.

Mi padre por una de ira, mi madre de enojo, mi hermana de tristeza, Ariadne de furia, Ian como si quisiera tirarcele encima, Eithan de asombro, los padres de Eithan inquietos por la mirada de los demás pues ellos no saben nada todavía, Doña Sugey con cara de vergüenza y Don Mario ni se diga.

—Al ver sus expresiones puedo imaginarme de que se trata pues yo lo había visto mientras estaba en el estrado, así que me doy la vuelta solo para confirmar lo que ya sabia y si, era él, con un ramo como de 20 rosas de mi color favorito azul, y una nota—.

Lo quedo viendo y mi mirada es tan penetrante que a puesto que si las miradas matarán ya estuviera muerto, y sepultado bajo más de 10 cuartas de tierra.

—Volteo nuevamente hacia mi familia y amigos y pregunto—.

-Pueden darme un segundo a solas con él?.

-No, te prohibi que la buscaras, que parte de eso no entendiste?. —expresa mi padre alterado—.

-Gabriel que haces aquí, vete a casa. —dice Don Mario—.

—Gabriel se queda en silencio—.

-Padre por favor, lo necesito. —insisto—.

—Todos acceden un poco molestos se hacen a un lado—.

-Que carajos haces aquí?. —pregunto—.
No te ha sido suficiente con todo lo que me has hecho Gabriel. Me has jodido la vida puedes entenderlo? Me lastima verte, respirar tu maldito aire, me da asco tenerte cerca. Se que mis palabras son hirientes pero es lo que siento, y no me voy a disculpar por ello, es lo menos que te mereces.

-Heaven perdón. —farfulla—. tranquila tu no tienes porque disculparte de todos modos, se que merezco cada palabra que sale de tus labios porque no la dirías sino naciera de tu corazón.

—me quedo callada—.

—trata de agarrame las manos—.

—me le aparto—

-Heaven... yo te amo. —Murmura y una lagrima roda por sus mejillas—.

-Cállate,cállate —me altero un poco— tu no sabes ni que es eso maldita sea, deja de fingir.

-Yo se que he cometido errores, pero por favor una ultima oportunidad, te lo ruego perdóname por no estar a tu altura. —repite—.

-Me pides perdón por no estar a mi altura?. Perdóname tu a mi por haberte puesto en lo más alto. Y no lo merecías. Ahora por favor vete de aquí, no estas invitado y sos la última persona a la que quiero ver en lo que me resta de vida.

—mis palabras parecen herirlo pues cambia su semblante rápidamente. Pero a mi no me importa, más me ha roto él y no con palabras precisamente—.

-Ah, y llévale tus flores a la mujer con la que te revuelcas desde hace más de 2 años, digo, para que no se desperdicien. —añado—.

—Me doy la vuelta y me jala con fuerza del brazo...—

—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tenías que ser tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora