73. ...?

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Estoy verdaderamente en shock no sé que responderle, las manos me tiemblan, y el corazón está que se me sale del pecho literalmente

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Estoy verdaderamente en shock no sé que responderle, las manos me tiemblan, y el corazón está que se me sale del pecho literalmente.

—Asher se acerca más a mi—.

Responde Heaven... —susurra—.

Asher no sé —murmuró—.

-Demonios Heaven como que no sabes, somos adultos, de ti espero respuestas concretas no a medias.

Si. —murmuró—.

Si? Dijiste si. —pregunta emocionado—.

Si, si, si. —repito—.

—Me toma de la cintura, me levanta, me abraza fuerte y da una vuelta conmigo en sus brazos, sonríe como niño chiquito—.

Gracias Heaven. Estoy seguro de que no te arrepentirás.

Eso espero Asher Hassaní, no estoy lista para que me vuelvan a romper más el corazón.

Ni lo digas, gracias por esta nueva oportunidad.
—sonríe—.

—sonrío igual—.

Voy a mi oficina tengo mucho trabajo. Y nuevamente estoy muy orgulloso de vos, y de tu gran propuesta.

Gracias Hassaní. —sonrío—.

Ah si, y dile al taxi que no te recoja a partir de hoy yo seré quien te lleve y te traiga.

No es necesario Asher.

Si que lo es. No andaras en vehículos particulares mientras me tengas a mi. Es para más seguridad.

Esta bien. Igual tengo pensado comprar un auto más adelante.

No, mi padre te dará uno.

Un auto?. —pregunto desconcertada—.

Si, a todos sus ejecutivos que no tienen les da. Ya me había dicho que estaba encargando el tuyo obviamente es de la empresa pero lo andaras tu siempre, hasta el día que decidas renunciar, cosa que no va a pasar eh. -vuelve a sonreír-.

Esta bien Hassaní. —sonrío—.

También hablaré con Jimena hoy.

¿Con Jimena? —pregunto—.

Si, y no me preguntes de que, no doy detalles guapa —me guiña un ojo y sale de la oficina—.

—Me siento en una de las sillas y trato de asimilar todo lo extraño y bueno que me ha pasado desde que puse un pie en tierras Colombianas—.

—Quedó viendo al cielo raso de la sala—.
Gracias Dios por todas estas bendiciones. —digo en voz alta, me levanto de la silla y camino hacia mi oficina—.

Tenías que ser tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora