36. Cara a Cara.

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Por esa razón

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Por esa razón. —Respondo la llamada—.

Aló Doña Sugey si, dígame?.

Mi niña yo se que estas en el trabajo disculpa que te interrumpa pero es que estoy muy preocupada fuimos por Gabriel al hospital a las 8:00 am a traerlo. Lo llevamos a casa y he estado hablando con él todo el día pero desde las 3:00 pm le marcó, le marco, le marco —llora— y no me responde me siento frustrada y completamente desesperada. No se si le paso algo, Mario y yo estamos largo. Estábamos en una reunión y a penas vamos saliendo llegariamos como en dos hrs y tu estas más cerca por favor puedes ir a verlo.
—llora aún más—.

—la interrumpo—.

Doña Sugey calmese respire profundo.

—respira profundo y sigue hablando—.

Mi niña perdón por interrumpirte en tu trabajo, y marcar con tanta insistencia pero en serio como madre tengo el corazón en la mano y necesito saber si esta bien, no puedo esperar a llegar, podrías ir a ver —repite nuevamente— necesito saber si esta bien, o al menos si esta en casa? las llaves están en la masetera café.

—me quedo unos segundos callada y pensando—.

No sé que decirle, porque no se si me van a dar permiso o si quiero ir a ver si esta vivo, muerto o desmayado.

Pero aprecio mucho a Doña Sugey y a Don Mario y aunque aún no soy madre puedo darme cuenta de su angustía y no puedo con eso así que le respondo:

–Si Doña Sugey, no se preocupe cuenta conmigo. Ya mismo salgo para allá.

Gracias mi niña, de verdad muchas gracias ya me siento más aliviada al saber que irás a verlo. Me avisas en cuanto llegues.

Claro que si, tranquila.

—corto la llamada, me levanto de la silla y voy directo a la oficina de Ian, veo la hora; 4:00 pm—.

—Toco la puerta—.
Toc...toc...

Pase. —responde—.

Ian, Ian necesito permiso para irme tengo que ir hacer algo importante. Ya me quedan dos horas para salir y ya termine mis reportes.
—con un tono de voz desesperado le hablo—.

Calma si, que pasa?.

–Luego te cuento va?, Puedo irme?.

–Esta bien, ve pero me comunicas cualquier cosa.

–Claro que si, lo prometo.

—salgo como loca de la empresa pues le prometí a Doña Sugey que iría lo más pronto posible para darle noticias y que se tranquilizará—.

—Subo al auto, me coloco el cinturón y acelero a tope—

En unos 50 minutos ya estaba en la Casa de Gabriel siento que llegue volando literal, lo normal sería que llegara en una hora y veinte minutos.

Tenías que ser tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora