1 año antes.
El salón está repleto de gente, el contrato había sido todo un éxito. Filmaríamos la película.
Todos festejan.
Yo no tanto, no hasta que la viera.
Mis ojos recorren la habitación buscándola, pero no la veo por ningún lado.
Resoplo.
Estoy a punto de darme por vencido cuando veo a alguien que llama mi atención, y no es quien yo esperaba.
Una chica. Otra chica.
¿Modelo? ¿Actriz en ascenso?
No lo sé, lo que sí sabía es que quería saber de quién se trataba. Ella luce un vestido color rosado a juego con sus mejillas; su cabello rubio cae en perfectas ondas y tiene una boca pequeña al igual que toda ella.
Pero lo que más me intriga son aquellos ojos verdes que pedían salir de aquella fiesta.¿Dónde desea estar?
No estoy seguro. De lo que si estaba seguro es que yo la llevaría a cualquier lugar que me pidiese. Comienzo a caminar hacia ella y cuando estoy por tocar su hombro, ella se gira y me mata de mil maneras que ni siquiera sabía que se podía.
—No estoy interesada en involucrarme con famosos.
—Yo no soy tan famoso — respondo.
—¿Por qué no vas e invitas otra chica a bailar?
—La chica a la que espero parece que no va a venir.
— ¿Entonces soy tu segunda opción? — pregunta ya enojada.
Mierda. ¡Cállate!
—No yo no... — titubeo —. No quise...
—Olvídalo, no puedo — farfulla.
Y así sin más se va dejándome ahí parado. Por un momento creí que se giraría y vendría de nuevo, pero no lo hace.
Bien hecho, Evan.
✧°. ̧ ̧.• ́ ̄'☾✩☽ ́ ̄'•. ̧ ̧.°✧
— Ya me contaron que una chica ayer huyo de ti. — Dean sacude mi cabello.
Suelto una risa falsa —: No huyó, simplemente no fui claro.
—El gran Evan Arwenson fue rechazado — dice en tono de burla — ¿Quién lo diría?
Dean era conocido por lo lengua suelta que era, al ser hermano de Hanna, no se me hacía extraño en lo absoluto.
Ella la mente maestra, y Dean solo mucha lengua.
— Siempre hay una primera vez para todo — le aseguro.
Camino hacia la barra del despacho, y del refrigerador tomo una soda de lata. Le doy un sorbo.
—Supongo que sí. — levanta sus hombros — ¿Y quién era la chica? ¿Halley Collins?
Escupo lo poco que bebí.
No sé si sea por escuchar su nombre o porque el refresco es de cereza.
Lo aborrezco.
—¿Estás loco? — escupo —. Ayer no fue a la fiesta del contrato, además, nunca hemos intercambiado más de tres palabras.
—Pero sí miradas — Dean se detiene frente a mí, arrebatándome la lata.
— Eres imposible, me voy a casa — termino por decir antes de que siguieran las verdades.
Del sillón cojo mi chaqueta y hago mi camino hacia fuera del edificio. El viento sopla, y cientos de claxon se escuchaban pitar.
—En seguida le traen su auto joven.
Asiento—:Gracias.
Por un momento me quedo observando la suela de mis zapatos. Pero cuando levanto la vista hacia la calle esta ella.
Halley Collins.
Su rostro, su nombre.
Ella esta donde quiera que mis ojos se posarán.
Desde el primer momento que la vi cuando era más joven, tuve cierto flechazo por ella. Pude haberla invitado a salir, pero no lo hice, ella estaba saliendo con alguien más.
Klein Page.
Mi compañero de agencia. Sin embargo, Dean tenía razón, ella y yo siempre habíamos tenido ese juego de miradas, pero siempre fue solo eso.
Un juego.
Algunas veces me pregunte quién de los dos había sido el perdedor, porque por más que trato de recordar, mi cabeza solo llegaba a una conclusión.
Yo no perdí.
—Joven su auto — anuncia el guardia.
—Muchas...
Y es cuando la veo, la chica rubia de la fiesta al otro lado de la calle.
—Ya vuelvo — le indico.
—Pero, joven...
Agarro la puerta volviéndola a cerrar, cruzo la calle, aunque un claxon me pita cuando lo hago, y le agradezco, porqué eso hace que la chica mire en mi dirección.
—¿De nuevo tú?
—De nuevo yo.
Gira sus ojos.
—Mira, ya te dije que...
—Quería disculparme, la otra noche pareció que eras una opción pero esa nunca fue mi intención.
—¿No? — frunce el ceño. — Eso parecía.
Comienzo a negar.
—Déjame invitarte a comer y remediar lo que dije, conozco un buen lugar donde venden pasta y...
—Sé qué lugar es. — responde.
—Entonces, ¿eso es un sí? — intento ocultar mi nerviosismo.
—Estás demente como todos los famosos.
Me encojo de hombros —: Tal vez lo este, y aun así quiero que aceptes comer conmigo.
—No es una cita. — dice intentando ocultar una sonrisa.
—Entendido. — digo levantando mis manos como mostrándole que no traigo nada entre manos.
Solo una será una comida y nada más.
—Mi nombre es Evan.
—Se quién eres.
Pero no del todo.
Doy un paso hacia ella ofreciéndole mi brazo —: ¿Nos vamos?
Por un momento la veo dudar y creo que hasta va a rechazar mi invitación, pero un segundo después lo coge.
—Evan Arwenson. —dice mi nombre y por alguna extraña razón quiero que lo pronuncie de nuevo.
Antes de irnos doy una mirada hacia arriba, exactamente al cartel donde se encuentra Halley, porque como la estrella que es, le pido un deseo.
Pido una estrella, una estrella más cercana.
ESTÁS LEYENDO
EXCEPCIÓN
Romance¿Qué pasaría si obtener una estrella fuera tan sencillo como mentir? Halley Collins y Evan Arwenson se verán involucrados con el pasado, contratos y viejos amores. ¿Qué puede salir mal? Dinero, fama y codicia abundan en Stella City, pero las estre...