Capítulo 57.

73 22 26
                                    

Llegamos al bar donde solemos venir. No sólo nosotros cuatro, sino mi equipo en general.

Frank, Lucía, Rice y Dick.

Mis chicos están aquí.

Todos beben, bailan. Celebramos, más que nada mi valentía. Sé que los medios no lo dejaran pasar, pero lo hecho, hecho esta y me sentía bien, mejor que los días anteriores.

—Su atención por favor — Frank golpea la copa que trae en su mano —. Quiero pedir un brindispor Halley, la brillante Halley por ser solo ella.

—¡Salud! — decimos en conjunto con las copas arriba.

Ahora es mi turno de hablar.

—Solo me queda decir que gracias por acompañarme a pesar de que no fuese como imaginamos. Les aseguro que en un par de años estaremos celebrando a lo que veníamos está noche.

Todos vitorean y aplauden.

—¡Ahora a disfrutar!

Frank se acerca y me abraza, cada uno brindándome su apoyo. Demostrándome que a pesar de todo, estarán para mí.

Klein me sujeta y susurra en mi oído.

—Alguien te está esperando afuera.

Me aparto parar mirarlo.

—¿Quién? — abro mis ojos sorprendida.

—Sal y averígualo.

Le entrego mi copa y voy deprisa por el lugar hasta llegar a la puerta.
El frío es helado, el viento sopla y puedo decir que los nervios me dominan ahora.

Late, late.

—Halley.

Me giro de donde proviene la voz.

—Rosetta. — titubeo — Viniste.

—Estoy haciendo caso a lo que me dijiste, ahora me doy cuenta que no debí abandonar a mi hija. — sorbe su nariz —. Porque eres mi hija, siempre ha sido así desde el momento que te tuve a mi cuidado.

—Ro...

—Tal vez estés molesta, y estás en todo tu derecho, pero quiero que sepas que siempre serás mi niña. Mi Lei.

Mis defensas se rompen y corro a abrazarla.

—No tengo nada que perdonarte, nada. — sollozo.

Tenerla de nuevo aquí conmigo, es como tener a mi familia completa.

Un nuevo inicio.

Acaricia mi cabello como una madre lo haría, como siempre lo ha hecho.

Me toma mis ambos lados de mi cara —:Me enteré de que mañana sales de viaje, y no quise que te fueras sin antes poder despedirme.

Me aferro más a ella.

—Gracias por venir, te necesitaba a mi lado.

—No te dejare de nuevo. — deposita un beso en mi cien — ¿Qué tipo de horrenda madre fui?

—Yo no he sido la mejor hija. — declaro.

—Hoy demostraste que lo eres.

—Solo es una estrella. — río nerviosamente.

—Tú ya eres una.

Limpio mis mejillas, y Ro hace lo mismo. Esos ojos verdes por fin tienen nuevamente su luz.

—Vayamos dentro, Gemma no tarda en poner buena música.

—Llegue en el momento adecuado.

Dejo pasar primero a Ro, y antes de entrar doy una última mirada hacia atrás.

EXCEPCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora