Evan.

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¿Cuánto tiempo te toma acostumbrarte a una persona?

No lo sé, ni quería saberlo.

Nombrar a Halley por su nombre es como si nos volviera solo conocidos, pero al llamarla Lei, era volvernos cercanos.

Yo lo sabía.

Lo sabía perfectamente, por la manera en cómo ella me miraba cuando la llamaba así.

La noche anterior Halley se veía herida, más que eso, dejó su sonrisa de lado y pasó a verse distante, perdida.

Supongo que es así cuando ves un viejo amor. Y ella lo vio, con alguien más.

Me sentí impotente, sentí que ella no merecía sentirse así por un chico, más tratándose de Page. Así que esa noche cuando deje la casa de Nessa, me dedique en buscar un lugar.

Star Mount.

Sabía que a ella le encantaría ir ahí. Y así fue.

Lo que no contemple es que a mí gustaría un poco más.

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— ¿Estás cansado?

— Descuida, estoy perfectamente — musito.

Nessa se sitúa detrás de mí y comienza a frotar mis hombros.

— Deberían disminuir las salidas, ¿por qué salir cuando es una mentira?

¿Disminuir?

— Yo tendría que haber ido contigo a Star Mount — resopla.

Y sin dudar o poder tragarme las palabras lo digo —: No quieres porque no quieres.

Sus manos se detienen.

— Evan tú sabes que...

Me aparto de ella.

— Lo sé, te da miedo. Te aterra mi mundo.

— No es eso — carraspea —. Es solo que... ahora comienzo a sentir que Halley tiene un lugar que me corresponde a mí.

Trago con fuerza.

¿Es una verdad? ¿Una mentira?

Me giro hacia ella —: Estoy asustada. Asustada de que acabe por gustarte estar con ella, o peor aún, te guste ella.

¿Desde cuándo Nessa era tan insegura?

¿Desde cuándo la había convertido en ese tipo de persona?

Quiero hacerle saber que es la única, la única.

— Sabes que eso no ocurrirá, eres mi chica. Ese es tu lugar.

Pero no se detiene.

— ¿Durmieron juntos?

— ¿Qué? — carraspeo.

— Que si ustedes...

— Escuche perfectamente, y no. No dormimos juntos.

¿Por qué mentía ? ¿Por qué ahora lo hacía?

Cuando en nuestra relación no tenían acceso las mentiras.

— Nessa. — resoplo —. Tienes que confiar en mí.

— Lo hago, te juro que lo hago, es solo que ella...

Cojo su rostro mis manos para que me mire.

— Halley no es ese tipo de persona, ella te respeta.

— Te creo, les creo.

Y antes de diga alguna cosa más sobre ella, pego mi boca a la suya.

Callando, silenciado.

No solo a ella, si no esa voz interna que me recordaba en cuan mentiroso me estaba convirtiendo.

EXCEPCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora