Capítulo 24.

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Después de una larga sesión de baile todos se preparan para levantar las cosas. Las personas ríen y bromean entre sí, jamás había percibido un ambiente tan motivado, sin ninguna pizca de estrés.

Han pasado alrededor de diez minutos y no he podido decir ninguna palabra a Evan quien se encuentra sentado frente a mí.

— Así que... ¿buena sesión, eh?

— Mhm — titubea nervioso.

— ¿Estuvo mal?

— No, para nada. Fue divertido.

— Por supuesto, divertido. — respondo.

No quiero ser besada por el de nuevo, llevo mi mano a mis labios y para mí vergüenza Evan ve el movimiento.

Sonríe pícaramente.

— ¿Qué? — pregunto inquieta.

Pero antes de que conteste Gemma llega corriendo.

— ¡La sesión estuvo increíble! sabía que la música los ayudaría!

Evan la mira —: Gracias, en verdad nos salvaste.

— Todo sea por mi mejor amiga — me da una palmada en el hombro —. Ayudaré a Ro a recoger algunas unas cosas y nos vamos.

Asiento.

Me mira de reojo antes de dar media vuelta, pero se detiene a mitad del camino —: Gran beso chicos.

Levanta ambos pulgares a nuestra dirección lo que me hace estremecer. Giro mi vista hacia otro lado y Evan solo rasca su nuca.

— Con respecto a eso, no ganaste estaba en mis cinco sentidos por lo cual no me tomo desprevenida.

— Ajá, claro...

— ¡Hablo en serio!

Asiente conteniendo una sonrisa.

Estoy por levantarme, pero Evan encierra mis piernas entre las suyas.

— ¡Evan!

— ¡Halley!

Comenzamos a patalear y ahora somos un nudo de piernas Evan ríe y yo lo hago como si fuera la cosa más normal del mundo.

No puedo escapar de él por lo que me rindo —: De acuerdo, tú ganas.

Evan levanta las manos en forma de victoria.

— Eres un infantil, Evan Arwenson.

— Y tú una malhumorada Halley Collins.

No puedo competir contra eso.

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— ¿Necesitas que las lleve a casa?

— No, está bien regresaré con Rosetta y Gemma.

— ¿Segura? — insiste —. Me queda de camino.

Niego —: Estaremos bien, ve con cuidado.

Lo despido con la mano y él me lo devuelve.

— Te veo mañana.

No contesta, solo sube a su auto y lo veo salir del lugar de aparcamiento.

Suelto un largo suspiro.

¿Qué me sucede?

Me doy un golpe en la frente, debo recordarme una y otra vez que esto es trabajo, solo es algo superficial.

— ¿Nos vamos? — Gemma se para a mi lado sacándome de mis pensamientos.

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