Nos encontramos en la barra de la cocina desayunando junto con los chicos. Dick y Rice. Corto mi pan tostado en pequeños trozos para sumergirlos en mermelada y después en crema de cacahuate.
—Halley, eso se ve asqueroso — Dick hace gesto de asco.
—En realidad es muy delicioso, deberías probar.
—Paso — le da un sorbo a su café.
Suelto una risa.
—Lei, apresúrate con tu desayuno, McNally quiere vernos hoy.
Me giro al escuchar a Ro, ella es la única que me dice Lei. Todo comenzó cuando desde niña comencé a llamarle Ro, así que un día solo pedí que me dijera un sobrenombre y termino diciéndome Lei.
No hay de mucho escoger cuando tu nombre es Halley.
—¿Qué hice ahora? —pregunto —Se suponía que no iría a la agencia hasta el lunes.
—Supongo que es un nuevo proyecto o tal vez... — guarda silencio.
—¿Tal vez qué?
—Te están difamando de nuevo tus queridas admiradoras.
Resoplo.
—Estoy harta — me paro del banco —. ¡¿Hasta cuándo superaran esa estúpida película?!
—Dudo que lo hagan Halley, eres una estrella en ascenso que destruyo el amor de la pareja favorita de todos.
—¡Cállate, Rice! — lo apunto.
El fandom a veces puede llegar a ser muy acosador en todos los sentidos. Los comentarios o mensajes siempre me recuerdan lo perra que soy.
Lo sé, gracias.
Pero ahora ni siquiera podía salir tranquilamente sin los chicos. No podía hacer nada. Había días en que me quedaba en mi habitación intentando evadir la realidad, y aunque todo ese odio ocurría detrás de una pantalla, llegó un momento en que la estaba sobrepasando. Fue tanto mi miedo, que mirar el celular se convirtió en mi mayor temor.
Era muy fácil criticar.
Era muy fácil atacarte tras un aparato.
Era muy fácil sentirme vulnerable.
Una cara redonda y mentón pequeño rodeada por un cabello rubio con grandes ojos verdes se detienen frente a mí.
—Halley, tú puedes con esto y más — me toma por las mejillas — ¿Acaso no querías ser la mejor villana de las película?.
Claro que quiero, sin villano no hay historia, además de que son mis favoritos ante cualquier cosa. Pero lo que si era difícil es que me diera por vencida.
—¿De las películas? — levanto una ceja —. Seré la mejor de toda la historia.
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Vamos por las calles de Estella City, siempre hemos sido un equipo, rara vez se unía Frank mi maquillista, o Lucía mi diseñadora. Podrían haber sido personales, pero decidí que no lo fueran, no cuando ambos tienen mucho talento. Pero obvio yo sólo tenía acceso a lo exclusivo de sus creaciones.
Mick se detiene frente al enorme edificio que pertenece a la agencia. Por suerte no hay tantos periodistas, suelto un suspiro de alivio.
— Mick, te marcaré cuando ya estemos casi afuera para que nos esperes con la camioneta.
— Sí, señorita Rosetta.
Los chicos bajan primero e inmediatamente las cámaras se encuentran alrededor.
No saludo, no está vez.
Vamos a paso rápido, hasta que nos resguardamos dentro del edificio. Más guardias salen por nosotros.
La señorita de recepción nos atiende —:El señor McNally las espera es su oficina.
—Gracias, Diane.
Tomamos el elevador hasta el piso nueve y la típica melodía se hace presente. Odio la música de ascensor, en vez de relajarme hace todo lo contrario. Caminamos por el pasillo hasta llegar a la puerta que menos me gusta abrir.
—¡Collins!
McNally se levanta de su silla de cuero con los brazos extendidos, con su cabello rubio peinado perfectamente hacia tras que me dan ganas de despeinarlo.
Me da un abrazo.
—Qué gusto de verte hoy mi estrella pelirroja favorita.
Ruedo los ojos.
—Me ves toda la semana, ve al punto.
McNally se dirige a su pequeña sala y nos indica que nos sentemos en el sofá de enfrente.
—Bueno, en realidad sí hay un punto.
Rosetta toma mi mano.
—Sin rodeos McNally dile a la niña lo que ocurre.
—La agencia de Sparkly nos llamó ayer por la noche, después de lo que ocurrió.
¿Mi carrera estaba acabada?
—¿Y? — un nudo comienza a formarse en mi estómago.
—Evan Arwenson quiere verte.
¿Espera? ¿Qué?
Una de las razones que me odian fue por ser la villana de la historia juvenil del año "Solo tú" y otra fue porque Evan Arwenson apareció como protagonista, el cual quedó separado de su amor.
¡Mierda!
—¿Qué es lo que quiere?
—Hanna no me lo dijo, pero Halley, cualquier cosa que sea, tu estrella está asegurada.
¿Mi estrella?
—No lo entiendo, las presentaciones para mí terminaron, ¿qué es lo que quieren?
—No lo sabremos hasta pasado mañana.
—¿Pasado mañana? — tartamudeo —. Ni siquiera hemos confir...
Veo el semblante de McNally y claro que el idiota acepto.
—No quiero reunirme con su agencia, cancélalo. Es mi última palabra.
Me intento levantar del sofá, pero Rosetta me sujeta.
—Halley, entiende, esto no sólo se trata de ti, piensa en la agencia — a la mierda la agencia —. En tu gente.
— No, McNally, tú no entiendes. Ellos aquí son los amados. Si no les importó el ataque de sus fans hacia mí, ¿por qué les importo ahora?
—¿Es obvio no?
—¿Qué es obvio?
— Ellos te necesitan, eres de lo que más se habla últimamente. Tienes toda la atención del público ya sea para bien o para mal.
Más para mal que nada.
Me quedo mirándole, es claro que será algo de marketing para la película o algo así.
Cielos.
— Ro, mi querida Ro — se levanta a su lado —.Habla con Halley, hazla entender que esto nos beneficiará más que a ellos.
Ahora me susurra a mí.
—Tu estrella Halley, la tendrás antes que cualquier otro, serás la estrella más joven.
Lo miro, no sé si lo odio más que antes o solo lo odio como siempre, pero admito que tiene razón.
—Te avisaremos mañana, eso es todo.
Me levanto y esta vez no espero a Rosetta para salir.
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EXCEPCIÓN
Romance¿Qué pasaría si obtener una estrella fuera tan sencillo como mentir? Halley Collins y Evan Arwenson se verán involucrados con el pasado, contratos y viejos amores. ¿Qué puede salir mal? Dinero, fama y codicia abundan en Stella City, pero las estre...