Cuando me llamaron de Sparkly supe que algo andaba mal, y lo fue, después de todo esa visita cambio mi vida.
Ella la cambio.
—Solo queremos que sigan saliendo, además de que ayudarán a la publicidad de la película — Hanna recorría la habitación en una de sus ridículas faldas florales —. Después de todo el público los ama.
—¿Pero eso no perjudicará la imagen de ambos? Aún son muy jóvenes — Ro se removió a mi lado mientras que McNally leía el contrato de diez hojas.
Klein, se encontraba enfrente y solo observaba sus pies para distraerse, era obvio que no quería estar aquí tanto como yo.
Lo conocía bastante bien.
Todo comenzó en una fiesta de disfraces que organizo Lisa Cornelly por su cumpleaños número dieciséis. Nos liamos en el patio trasero.
Solo por esa noche y otras más.
Mi pretexto fue que después de que las grabaciones terminaron, supongo que extrañamos besarnos.
Pasaron citas, líos y muchos besos, para darme cuenta que era más allá de diversión. Estábamos bien con lo que teníamos.
¿Por qué anunciarlo de repente?
En ese momento ni siquiera aún me pedía ser su novia oficial.
—Halley, ¿tú que dices? — Klein dejó de ver hacia sus pies para centrarse en mí.
—Yo... — ¡Sí!
—Hagámoslo, ¿O tienes miedo? — interrumpió Klein poniendo la barbilla en una de sus manos.
¿Me está retando?, pensé.
—Hagámoslo. — dije muy segura intentando ocultar mi emoción.
—Pero, Halley... — Rosetta empezó a hablar, pero Hanna la interrumpió.
—Solo será un año, los muchachos sabrán manejar la situación. Nos tienen a nosotros.
Klein me guiñó un ojo.
Y yo sabía que eso era una señal de "me tienes a mí".
—De acuerdo, entonces. — terminó por aceptar Rosetta aunque yo pude ver su duda.
Su temor.
—Procedamos a firmar.
Hanna se sentó a un lado de Klein girando las hojas hacia ella, después nosotros procedimos a hacerlo. Intentando no temblar, firme y al levantar mi vista hacia Klein este mordía su labio.
¿Qué pretendía?
Este chico me gusta demasiado, me dije. Pero al mirar de nuevo hacia contrato recuerdo haber sentido miedo.
Supongo que eso fue una señal de que aquel día terminaría todo, y lo ignore, porque cuando una chica de dieciséis años firma un contrato no toma en cuenta los riesgos.
Primero, el corazón se ve involucrado al igual que terceros.
Segundo, existía el tiempo.
Y tercero, había un contrato de por medio.
Pero no me importó.
No solo caí perdida en Klein, sino también en las mentiras que firmamos.
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Los domingos por la mañana disfruto salir a un pequeño mercado que se encuentra cerca de la costa. Compró todo tipo de frutas y verduras, y como ya era costumbre siempre compraba alguna planta para Gemma.
Tenía cientos de ellas, de diversos tamaños y colores en su estudio. Aunque ella no pudiera verlos en su verdadera tonalidad decía que le gustaba la sensación.
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EXCEPCIÓN
Romansa¿Qué pasaría si obtener una estrella fuera tan sencillo como mentir? Halley Collins y Evan Arwenson se verán involucrados con el pasado, contratos y viejos amores. ¿Qué puede salir mal? Dinero, fama y codicia abundan en Stella City, pero las estre...