—¡Halley! ¡Halley! ¡Aquí!
Saludo. Sonrisa. Pose.
Así es estar frente a tantas cámaras, repitiendo la rutina frente a tiburones hambrientos. Menos mal no me han preguntado por cómo le grite a Dick, me disculpe con él, pero esta vez solo asintió.
Siempre arruino todo.
—¡¿Halley dónde está Evan?! — una periodista grita.
¿Por qué me preguntan por él?
Evito la pregunta y solo sigo sonriendo frente a ellos. En ese momento la gente comienza alborotarse.
Y ahí está él.
Evan viene caminando hacia mí, hasta que se posa a mi lado.
—¿Qué estás haciendo? — digo apretando los dientes.
—Hago que me tomen fotos.
—Espera tu turno — musito.
Evan parece no escucharme y si lo hace solo me ignora. Decido irme, pero antes de que pase por su lado me toma por la cadera.
Todos gritan.
—Me lo debes por irte como una niña mimada — susurra contra mi cabello.
No miro lo con ojos de amor como todos quieren que aquí lo haga, sino todo lo contrario.
Lamentablemente sigo la farsa y sonrío a su lado. Cuando ya han tomado fotos suficientes de ambos me separo de él haciendo mi camino hacia el hotel.
Pero no lo logro, no cuando me vuelven a jalar por el codo solo que esta vez no es Evan, esta vez es otra admiradora loca.
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—¡Tú maldita perra!
—Por favor, suéltame — pido.
No quiero armar un alboroto, no otra vez.
—Suéltame, por favor.
—¡Vete a la mierda!
Y eso intento, pero no me suelta. Solo se sigue aferrando a mi brazo, este empieza a doler.
—¡Qué me sueltes!
Esta vez ya hay gente mirándonos.
¿Dónde demonios están Rice o Dick?
Me intento soltar, pero solo provoco que la chica clave sus uñas en mi brazo. Rice llega rápidamente e intenta hacer que me suelte sin lastimarme.
No lo está logrando.
—Suéltala, por favor.— dice una voz familiar. Evan está parado de tras de mí.
La chica lo ve, y todos pensamos que cederá, sin embargo, no lo hace.
—¡Te odio tanto Halley Collins!
Yo también lo hago.
Y lo siguiente que pasa es que me escupe en la cara. Todo pareciera ocurrir en cámara lenta, los reporteros ya se encuentran corriendo hacia nosotros, la gente quiere llegar a la valla para poder ver mejor el espectáculo. Si grito o reclamo estaré acabada, solo me quedo ahí parada reteniendo las lágrimas.
Quiero irme de aquí, no importando si mi brazo es arrancando, solo que mis piernas se rehúsan a moverse. Los gritos y flashes empiezan a aturdirme.
Si no me muevo verán lo débil que siempre he sido, si lloro se acabara el personaje.
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EXCEPCIÓN
Romance¿Qué pasaría si obtener una estrella fuera tan sencillo como mentir? Halley Collins y Evan Arwenson se verán involucrados con el pasado, contratos y viejos amores. ¿Qué puede salir mal? Dinero, fama y codicia abundan en Stella City, pero las estre...