Capítulo 48.

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Lo único que ruego es que no haya cámaras cerca cuando salgo del auto del chico.
Lo bese. Pero no llegue a más, no pude, por el simple hecho de recordar una estúpida sonrisa.

Me detesto.

Entro de nuevo al establecimiento y busco a los chicos en nuestra mesa.

— ¡Halley! — escucho la voz de Wallace.

Me acerco y veo a Wallace cargando a Gemma —: ¿Qué ocurrió?

— Alcohol, eso es lo que ocurrió.

— Déjame ir por mi auto y la llevare a mi casa.

— Yo lo haré.

Ella me matará.

— No puedo Wallace, en verdad se enfadará conmigo. Ella ebria es muy diferente y...

— Yo la cuidaré, lo prometo. No haré nada malo.

Bufo —: ¡De acuerdo! Pero márcame cuando este despierta.

Caminamos al estacionamiento, específicamente a su Audi color negro —: También llame para que vinieran por ti.

— ¿Ro? ¿Llamaste a Ro? — abro mis ojos sorprendida — ¡Eso es como acusarme con mi madre!

— No soy tonto.

Un auto color negro se detiene de repente.

No. No. No.

— ¿Qué hace él aquí? — tartamudeo.

— Buenas noches, Halley.

Wallace camina hacia el lado del conductor y se despide desde la ventana divertido por mi cara.

Tonto se queda corto, idiota Wallace.

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— ¿Qué haces aquí? — murmuro.

Dos semanas, habían pasado dos semanas de no verte.

— Wallace me dijo que...

— Los viernes son para salir a divertirse — me regocijo.

— Yo solo... estaba preocupado, y...

— ¡Oh! — exclamo —. Lo siento, cuando estoy con alguien apago el celular.

Lo veo tensar su mandíbula.

— Debo irme, estoy cansada.

— ¿De mí? — pregunta.

Y también de mí.

— En parte.

— Halley... — empieza perseguirme hasta ponerse delante mío.

— ¡Basta, hemos terminado!

— ¿Qué terminamos? — cuestiona.

— El trabajo, ahora déjame tranquila.

Paso a su lado golpeando su hombro, no puedo quedarme a escucharlo.

Debo irme de aquí.

— ¡Me equivoque! — farfulla — ¡Todo este tiempo he estado equivocado!

Me detengo en seco.

¿Qué hago?

Me quedo, lo golpeo o corro directamente hacia sus brazos.

Ninguna de las anteriores.

— Demasiado tarde.

— No, no lo es.

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