Al terminar nuestro pequeño aperitivo decidimos salir a caminar entre las calles de Stella City. No nos tomamos nuestras manos, no después de que lo hizo en el café. Pero ocasionalmente rozamos nuestros brazos.
Para nada romántico.
Hubo un chico. Un chico que creí diferente del resto, pero no fue así.
No tuvimos una cita en un restaurante lleno de flores y velas en el centro. Ni mucho menos bebimos vino. Después de todo, solo teníamos quince años.
Lo que sí hicimos fue caminar por la playa y tomarnos de la mano. El sol era intenso, y yo sabía que la mano me estaba sudando, pero en ningún momento la soltó. Ni mucho menos yo lo hice.
Solo seguimos dejando acumular el calor entre nuestras palmas al igual que los sentimientos que comenzamos acumular el uno por el otro.
Seremos grandes acumuladores, pensé.
Cuando me llevó a casa se inclinó y me besó como el típico cliché adolescente. Había besado chicos, pero no de la manera que él lo hacía. Tierno, vivaz, confiado. Él me hacía pararme de puntillas para obtener más.
—¿Te veo mañana? — murmuró aun acunando mi mejilla.
—Y después de mañana — sonreí contra su boca.
Y así fue, cada día durante poco más de tres años, eso sin contar nuestro coqueteo inofensivo.
Aún así creímos que lo tendríamos bajo control, que no cambiaría nada de lo que teníamos.
Pero sucedió, cambio.
Y me dejo sola con mis manos, pecho y mente de sentimientos acumulados por él.
Yo fui la única acumuladora.
Regresó a la realidad cuando siento que Evan desliza su mano y entrelaza sus dedos con los míos.
Levanto mi cabeza de golpe para mirarlo —: ¿Tenemos que tomarlas? — frunzo el ceño.
—Las parejas suelen hacerlo cuando dan caminatas.
—Sí, pero prácticamente nosotros no lo somos — digo aun sosteniendo su mano.
—Solo déjate llevar y mantente en el papel.
—¿Por qué? ¿Por qué yo? — suelto de repente.
—¿Por qué tú? — frunce el ceño demostrando que no entiende a lo que me refiero.
—¿Por qué me elegiste para ser tu novia falsa?
—No elegí yo, hace tiempo buscábamos una solución — con su otra mano rasca su nuca —¿Quieres escuchar la historia?
—Las parejas suelen contarse historias, así que sí — lo animó.
—Llevo saliendo con Nessa casi dos años, la conocí en la fiesta de celebración por la firma de la película. Yo conocía algunos de los asistentes pero ella entre toda la multitud logró llamar mi atención — sonríe —. Supe que no era actriz, pero supuse que era modelo, cuando me acerqué a hablarle no corrió directamente hacia mí, sino todo lo contrario.
¿El cayó ante ella?
Supongo que hice un gesto extraño a lo que Evan interrumpió su historia —: ¿Quieres que continúe?
—Por favor. — Digo con un poco de curiosidad en mi voz.
—Después de que hablamos y salimos unas cuantas veces, supe que quería estar con ella. Al ser tan diferentes en el aspecto de nuestras vidas, lo primero que quise fue gritarlo a los cuatro vientos. Sin embargo, ella no. No le gusta nada de esto, entrevistas, fotos, chismes. Ella no busca fama. Supongo que eso es lo que me atrajo de ella, que vio al verdadero Evan y no al chico galán de la pantalla.
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EXCEPCIÓN
Storie d'amore¿Qué pasaría si obtener una estrella fuera tan sencillo como mentir? Halley Collins y Evan Arwenson se verán involucrados con el pasado, contratos y viejos amores. ¿Qué puede salir mal? Dinero, fama y codicia abundan en Stella City, pero las estre...