Evan.

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Cuando sus labios de Halley tocaron los míos lo primero que vino a mi mente fue Nessa. Ella en lugar estaría viendo.

Estaría...

Tenía que apartarme.

Últimamente Nessa se veía triste, y mi único deber era recordarle que ella era la única chica de la cual estaba enamorado.

Por un momento no le respondí el beso, me rehusaba a corresponderle, pero como si mis labios tuvieran memoria propia respondieron a Halley, como un esclavo lo haría.

La bese.

La tome entre mis manos, y cuando estaba ansioso por obtener más, Lei se apartó. Nuestros ojos se encontraron, y los de ella seguían siendo azules. Tan azules como los recordaba. Pero, en ellos había culpa, miedo.

Ahí supe que ambos nos sentíamos igual.

Al salir del estudio, fui de prisa a casa de Nessa. Todo el camino intenté pensar en mi mejor disculpa, en las palabras adecuadas que tenía que decirle.

Pero al llegar y verla parada en el umbral con la mirada triste y una falsa sonrisa, cada pensamiento claro que tenía se esfumó.

— Estoy bien, entiendo perfectamente por qué lo hicieron.

— No, no estás bien — sus ojos la delataban de haber estado llorando —. Nessa terminaré con esto, si seguimos así...

— No, no —. sorbió su nariz —. Te prometo que estoy bien.

Tome sus manos entre las mías.

— No me veas en televisión, no leas acerca de nosotros, por favor.

No leas, no mires.

Era la única manera para que creyera en mí, los medios solían exagerar todo, pero más que nada era para evitar que ella me viera con alguien más que no fuera ella.

Que viera que me sentía bien con alguien que no era ella.

Solo intentaba disminuir la tortura.

— Lo prometo.

Estuve por besarla, pero ella se aparto ocultando su rostro en mi cuello. En ese momento sentí vergüenza por lo que había hecho, por mis pensamiento.

Lo merecía.

Solo la abrace y acaricie su cabello intentando borrar su temor, asegurándole que a pesar de todo yo seguiría aquí.

Así que le recordé una verdad que ambos sabíamos —: Es trabajo, recuerda que solo es trabajo.

Y si lo era, ¿Por qué la culpa me acechaba?

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Después de dejar a Halley en casa, me quedo tendido en sillón de la sala. No quería tocar los escalones hacia mi habitación.

Había sido un día difícil, la mayor parte del tiempo me la pasaba calculando mis movimientos. No tanto por Halley sino por mí.

Cubro mi rostro con mis manos de frustración.

Había momentos en que me sentía feliz, en otros culpable. Pero en este instante me sentía tranquilo. Me gustaba ser sincero con Lei, y contarle sobre mi vida, era lo mínimo que podía hacer.

Además no tenía con quién ser sincero acerca de mi familia.

Yo admiro a Halley por el hecho de que lidia con sus problemas ella sola. A pesar de las críticas y el odio, la estrella seguía brillando, yo quería verla brillar como un amigo, como alguien más.

Pero el brillo me estaba alcanzando, era inevitable no verlo.

Cuando dije que era brillante, no mentía.

Me siento de golpe cuando el timbre del mi celular suena. Un mensaje de Nessa.

"Te amo, confió en ella."

Pero no en ti, me digo.

Escribo en mi teclado las mismas palabras, excepto eso último.

Si no confiaba en Halley, mucho menos en mí.

EXCEPCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora