EXCEPCIÓN

Capítulo 44.

Cuando la cena terminó, agradecí que todos hablarán y no notarán que no había dicho ni una palabra desde que me había sentado.

Después de masticar carne y pasar difícilmente el salteado de verduras, Gemma propuso ir al salón de entretenimiento y poner algunas películas. Por supuesto, todos aceptaron mientras que yo solo quería irme y tirarme en la cama.

La película transcurrió, y puedo aceptar que la mayor parte del tiempo estuve observando al otro lado de la habitación; Evan sosteniendo las piernas de Nessa sobre su regazo.

Cada extremidad de mi cuerpo lo sentía entumecido provocándome un nudo en la garganta que rogaba gritar, llorar, tan siquiera hablar.

Era frustrante.

Como si Klein me hubiera sentido, e incluso escuchado, toma mi mano desasiendo el puño cerrado, por lo que no dudo entrelazar mi mano con la de él como siempre solían estarlo.
Por costumbre me recargo en su costado intentando aliviar todo el dolor; frustración, de fingir que todo está bien cuando claramente no lo estaba del todo.

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Más tarde cuando terminó la película me disculpé y fui a la cama, pedí a Gemma dormir conmigo. Tristemente, por mis golpes y torceduras, sugirieron que lo mejor era dormir sola.

No lo era. No para mí.

En esa habitación enorme, de muebles color blanco y una cama que podría llegar a ser ridícula por su estilo princesa, me acosté envuelta en las mantas sollozando hasta que por fin logre quedarme dormida.

Al despertar recuerdo la noche anterior, así como también en cómo Evan no se acercó, ni mucho menos me miro. Sentía su rechazo y aunque a una gran parte de mi le dolía, la otra estaba segura de que era lo correcto.

Quería abofetearme.

Me levanto temprano y voy con dirección a la cocina, pisoteando los escalones de mala gana.

— ¿Jugo? — pregunta Gemma cuando me ve entrar.

— ¿Despierta tan temprano?

— Uhm sí, la película no me dejo de dar vueltas en la cabeza.

— ¿Y los chicos?

— Wallace y Klein duermen — me tiende el vaso —, Nessa y Evan se acaban de ir.

— ¿Ya se fueron?

— El cumpleaños de Nessa es hoy, así que tenían que arreglar unas cosas.

La fiesta. Había olvidado la fiesta por su cumpleaños.

— ¿Y por qué no hicieron aquí su reunión? — pregunto.

— No lo sé, escuché que sería fiesta de playa.

¡Genial! ahora resulta que es fan de la playa.

— ¡Buenos días! — canta Ro al entrar — ¿Listas para la fiesta?

— Sí. — contesta Gemma.

— No. — contesto yo.

— Halley prometiste que vendrías, Nessa te dijo hace meses.

— Lo sé, pero no me siento de humor — miento solo un poco.

— Te hará bien despejarte — me toma por los hombros —. Además, puede que hoy sea el día en que termine tu contrato.

Escucho cierta emoción en su voz.