6. Y eso me encanta

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Narra Amber: Alex dormía pacíficamente aún, pero yo me había despertado hace un rato. No sé qué hora es, pero no debe ser muy tarde, han de ser las ocho o las nueve, no mucho más.
Me quedé observando a Alex, que tenía la cabeza apoyada en mi pecho y sus brazos al rededor de mi cintura. Pobrecito, mi marinero está cansado, se que ha estado trabajando de más, para siempre estar un paso adelante. Además está preocupado, no sé porque, espero que me lo diga.

Mi celular empezó a sonar descontrolado con mensajes, despertando así a Alex, que se quejó, mientras me abrazaba más fuerte.

-¿Quién es a estás horas?- preguntó gruñendo.

-Aún es temprano, Alex- sonreí antes de besar su frente, para después hacer un intento por levantarme de la cama.

-¿A dónde vas?- preguntó Alex mirándome somnoliento.

-A buscar mi celular.

Me levanté de la cama y fui a buscar mi ropa, revise los bolsillos del overol hasta que di con el celular y lo tomé para ver qué tenía muchos mensajes de Nara.

-¿Quién es?- preguntó Alex cubriendo sus ojos con su brazo.

-Nara- respondí volviendo a la cama, mientras leía los mensajes, que eran buenas noticias, Nara estaba feliz, el test había dado negativo y le había venido el periodo.

-¿Ella está bien?- preguntó Alex volviendo a acostar su cabeza en mi pecho.

-Sí- respondí a la vez que le escribía a Nara para decirle que me alegraba mucho por ella, a la vez que Keila sugería festejarlo. Keila siempre quiere festejar.

-Hable con Leo, me dijo que ella ha estado rara y que estuvo bastante distante con el, tiene miedo de que lo deje- me comentó Alex, a la vez que cambiaba de posición para ser el quien me abracé a mi.
No sé si debería decirle esto, pero también se que Alex no lo comentará con nadie.

-Ella pensaba que estaba embarazada, solo estaba asustada- dije apoyando mi cabeza en su pecho y el acarició mi espalda con sus largos dedos.

-¿Y lo está?- preguntó Alex algo sorprendido, no se porque, nosotros no somos los únicos que tienen sexo en este mundo.

-No, la prueba dió negativo- respondí salteandome lo del período, eso no es nada de su incumbencia y a Nara no le gustaría que yo comente ese detalle.

-Leo se preocupó mucho ¿Por qué no se lo dijo?

-No se eso, Alex, creo que eso ya es un tema de su pareja- respondí.
Luego de eso, ambos nos quedamos en silencio, abrazándonos y besándonos, acariciando, explorando. Siempre me ha gustado recorrer el cuerpo de Alex, el parece una escultura. Si lo viera por la calle y no lo conociera, pensaría que es malo, pero el punto es que sí lo conozco y convivir con el es algo maravilloso. El es tan amable conmigo, generoso, dulce y amoroso, siempre quise eso, aunque antes no quería admitirlo, sí necesitaba ser amada y me alegra que Alex me haga sentir así.

-¿Te puedo pedir algo?- susurré mirando sus ojos.

-Lo que quieras, sirena- susurró antes de besar mi nariz.

-No vuelvas a decir que te odias a ti mismo, me duele mucho cuando lo haces- me acurruque en su pecho y el besó mi cabello.

-Perdón, amor, es que estaba muy enojado, me sacaron de quicio hoy, fue por eso- respondió el con sus labios apoyados en mi frente.

-No les hagas caso, Alex, tu te has ganado tu puesto, has estudiado mucho, has trabajado y no importa a qué empresa vayas, siempre seguirás siendo Alex Thompson...- lo miré a los ojos y acaricié su mejilla -Y eso me encanta- le sonreí y el también lo hizo, lo que me puso muy feliz.

-Sirena- suspiró poniendo un mechón de cabello detrás de mí oreja.
-¿Qué haría sin ti?- apoyó su frente en la mía.

-Se que puedes hacer muchas cosas sin mi, marinero- le aseguré.

-No estoy seguro de querer hacer nada si tú no estás a mi lado- susurró.

-¿Y qué pasa si un día nos separamos? ¿Te vas a acostar a dormir?- pregunté burlona, pero a él no le gustó el chiste, se puso muy serio y se tensó.

-No me digas eso, se que lo nuestro tal vez no sea para siempre, pero aún así no me gusta pensar en una vida sin ti- dijo muy triste, lo que me partió el corazón. Lo abracé aún más fuerte y le besé la mejilla.

-No te pongas triste, amor, estoy aquí - sonreí para subirle el ánimo y funcionó.
-¿Qué quieres comer?- pregunté cambiando el tema.

-Yo cocino- dijo el antes de levantarse de la cama. Me quedé acostada, mientras lo veía ponerse el bóxer.
Soy una bastarda suertuda.
[...]
El viernes después de mi última clase, fui a la casa de mis padres, quería pasar un rato con mi familia, además quería preguntar por mis tíos, Rose y Jack han despertado mi curiosidad, siento que volví a ser una pequeña niña viendo a sus tíos mirarse con demasiado amor.

Alex me dijo que iba a venir después del trabajo, después vamos a ir a tomar algo con los chicos, es viernes, toca divertirse.

-Mamá- dije abriendo la puerta. Ella estaba sentada en el living, organizando unos papeles, seguro para alguno de sus casos, mamá es una muy buena abogada

-Hola, preciosa ¿Cómo estás?- preguntó ella antes de abrazarme. Besé su cabello y sonreí.

-Bien, ma ¿Y tú?- pregunté dejando mi bolso en el sofá.

-Bien ¿Quieres tomar algo? ¿Té?

-Yo lo preparo- sonreí.

Luego de preparar el té y servirnos a las dos, nos sentamos en el living, frente a la estufa y empezamos a hablar de la vida cotidiana, hasta que en el momento justo hice la pregunta.

-¿Qué pasó con el tío Jack y la tía Rose?- pregunté y mamá se puso roja como un tomate y se que no es por el té.

Alex (||)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora