29. Vamos a comer.

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Narra Amber: Año Nuevo siempre ha sido mi festividad favorita, porque me daba mucha gracia ver como las personas escribían sus propósitos para el próximo año, aún sabiendo que no los iban a hacer, creo que de todos los propósitos que quise tener, solo dos o tres se cumplieron.
Aún así, confío en que cuando otro año comienza, trae otra energía, otra vibra, algo inesperado, no lo se, tal vez estoy fantaseando de más.

Alex se estaba preparándose para ir a lo de Grace, él siempre se viste sencillo, irónico, considerando que él es un puzzle complicado, aunque armarlo fue lo más hermoso que he hecho.

Me paré apoyada en el marco de la puerta, a mirarlo, tan concentrado, tan serio, tan... el. Preocupado por su aspecto, pero a la vez no tanto, tratando de no esperar siempre lo peor, asustado de que algún conflicto salga de la nada, a arruinarlo todo, pero a la vez, tratando de no atraer "malas vibras".

Alex me miró sobre su hombro, con una sonrisa, que le devolví. Creo que en toda mi vida, nadie me había mirado de la forma que él lo hace. Con una sonrisa, ojos brillantes, feliz de verme, aunque me ve todos los días y no importa de qué humor este ninguno de nosotros, él siempre me mira de esa forma.

—¿Estás lista, baby?— preguntó burlón, mientras jugaba con sus cejas.

—¿Tu lo estás?— bromeé, mientras que él se acercaba a mi, para después abrazarme.

—Siempre, corazón— dijo, mostrándome su lado más presumido, el que solo sale a jugar y me gusta que me visite.

—Pues vamos.
[...]
Si hay algo que he entendido muy bien estos años, es que a Grace le encanta ver a la familia junta, le gusta ver a sus nietos a diario, le encanta cocinar para los demás y lo encanta consentir a Alex, como si él fuera un niño pequeño. A veces creo que trata de darle todo el cariño que le faltó de pequeño, como si consentirlo fuera una forma de pedirle perdón, a pesar de que ella no tiene la culpa de nada, pues siempre que Alex me ha contado recuerdos felices de su infancia, casi todos tienen que ver con ella.

Estaba ayudando a Grace a preparar la mesa, cuando ella se acercó a mi, para abrazarme. Creo que he adoptado a Grace como mi abuela en cierto punto, ya que mi relación con mías no era ni cerca lo que es con Grace. Mi abuela Florence murió el año pasado y a pesar de que a mi no me hizo nada malo, nunca tuvimos una relación muy cercana, también creo que jamás le perdonaré que haya dejado a Rose crecer en un ambiente tan mierda.

—Alex se ve feliz— dijo Grace, mirándolo, mientras que él jugaba con David. Alex trata a su hermano con un cariño incondicional, aunque claro, parece más el padre que otra cosa, según Sebastian, David no fue planeado, mucho menos al borde de una separación, además Alex era grande y él no quería más hijos, pero parece que Cleo se salteó unas dosis de la píldora y bueno, aquí está un hermoso pequeño de cabello rizado y cuatro años.

—Sí, Rami lo fue a ver a la oficina el otro día— le comenté.

—¿Rami? Que raro, pero grato ¿Que hablaron?— preguntó Grace, con cierta molestia, todos sabemos que Alex es su pequeñito y que siempre lo cuidará, no importa que y a causa de eso, no me sorprende su falta de afecto hacia Rami y Rosemary.

—La verdad no se que hablaron, pero yo tuve unas palabras con ese señor y su esposa, no creo que vuelvan a molestar a Alex o a nada que tenga que ver con el— dije, antes de guiñarle un ojo. La charla que tuve con esos dos, se las debía a Grace y a Alex. No iba a permitir que esa gente quiera pasar por encima de su familia bajo la excusa de su "gran imperio", que no vale nada, si lo comparan con la soledad que ganaron a causa de el.

Grace me miró sorprendida, pero con una sonrisa.

—¿Qué les dijiste?—preguntó ella, sacando su lado más chusma, aunque en ella es adorable.
Iba a contestar, pero Cleo se acercó a nosotras y se que hablar de esa gente frente a ella no es bueno.

Alex (||)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora