Alex (||)

49. Estaremos bien.

Narra Amber: El viaje a Tulum que hicieron los recién casados parece haber sido fantástico y de película. Con cenas románticas a la luz de la luna, desayunos en la cama, paseos nocturnos por la playa, paseos en bici, visitas a las ruinas y muchas cosas más que hacen las parejas recién casadas cuando están de Luna de miel.
Estoy realmente feliz por Keila, pero también estoy completamente atormentada, ya que mientras ella habla, yo me estoy mirando al espejo cual tonta y me estoy imaginando con un niño en brazos.

—Y fue todo lo que había soñado...— tuve que interrumpir la historia de Keila antes de que mi cabeza explote.

—Creo que estoy embarazada— susurré y las voces de mis dos amigas pararon de golpe, como si le hubiese puesto mute al televisor.

—Lo sabía, rayos, lo sabía— susurró Nara, mirándome a través del espejo.

—Que suerte, porque yo no— susurró Keila, mientras que las tres compartíamos el mismo estado de shock.

—Aún no lo sé, es una sospecha— trate de aliviar el momento, pero no soy capaz de calamar nada cuando yo no lo estoy.

—¿Se lo comentaste a Alex?— preguntó Keila, apoyando su mano en mi hombro y yo negué.

—Estás asustada, pequeña— susurró Nara, antes de abrazarme y eso hizo que algo en mi ceda, así que empecé a llorar, como la pequeña asustada que soy ahora.

—Oh, preciosa, tranquila, estaremos aquí para lo que necesites— Keila se unió al abrazo y besó mi frente.

—¿Qué hago si estoy embarazada? Eso sería muy irresponsable de mi parte— sollocé.

—Okey, quintémonos la duda, no te has hecho pruebas ¿no?— preguntó Keila, mirándome a través del espejo y yo negué.
—Bien, iré a la farmacia aquí abajo, compraré unos test y los haremos, esta duda acaba hoy— dijo ella, antes de tomar su bolso para después salir del cuarto y poco tiempo después la puerta de entrada se escuchó.

—Está bien, Amber, sabes que te apoyaremos en todo— dijo Nara, recibiéndome en sus brazos, mientras acariciaba mi cabello, tratando de darme la calma que me está haciendo falta.

—¿Estaré bien?— pregunté en un susurro, pues necesito escucharlo.

—Por supuesto que sí, pequeña Ámbar— me respondió ella y yo me hice bolita en sus brazos.
En estos momentos, no puedo ser Amber la meticulosa, todo es un desastre en mi cabeza, siento que he vuelto a ser la Amber de diez y ocho años, que temía el final de su relación con Alex para siempre.

Mi celular sonó, así que lo tomé para ver que tenía un mensaje de Alex:

*Voy a tratar de llegar lo antes posible a casa, dime si necesitas algo de la calle ¿estás bien? ¿Te sientes mejor? Te amo*
Él es tan amoroso conmigo ¿como voy a mirarlo a la cara ahora?

*Las chicas vinieron a visitarme, estoy bien, no te preocupes. Te amo <3*
Respondí y luego volví a esconderme entre los brazos de Nara.
[..]

—Okey, Amber...— Keila empezó a decir, mientras que Nara y yo le dábamos la espalda, pues ninguna quería ver los 10 test de embarazo que estaban sobre la cama. Keila tenía miedo de que alguno diera un falso resultado, así que compró 10, así no habría dudas.
—¿Donde esperamos a la cigüeña?— preguntó ella y supe que estaba embarazada.

Maldita sea.
Esto no me puede estar pasando a mi.
El mundo acaba de caer sobre mi cabeza, haciendo que cada uno de mis nervios reviente, pero aún así, me quede congelada en mi lugar, sin saber que decir, que hacer, ni como reaccionar, pero aún así, mi mano se movió despacio hasta que terminó sobre mi vientre.
Hay algo creciendo ahí dentro.