Terminar la universidad significa comenzar una vida de adulto y con ella hay dificultades.
Amber y Alex no tienen nada muy claro, pero hay una cosa de la que están seguros y es que quieren afrontar todo juntos.
(Segunda parte de Amber)
Narra Alex: La noche de navidad había llegado, estábamos todos sentados al rededor de la mesa, mientras que comíamos y charlábamos. Es en estos momentos en los que me doy cuenta de que he estado sumido en el trabajo, cuando mis amigos se reúnen y cuentan cosas sobre sus trabajos y sus día a día, es entonces cuando noto que ya no somos niños o adolescentes, ya somos adultos, lo que es una locura. Cuando estoy con ellos siento que el tiempo no ha pasado, parece que somos todos maduros en nuestros trabajos, frente a nuestros padres o hermanos, pero cuando nos juntamos entre nosotros seguimos siendo los mismos inmaduros que éramos cuando nos conocimos y si soy sincero, creo que es genial.
—¿Recuerdan cuando Amber y Alex jugaban a que no se querían más, pero sin embargo se iban juntos cada que se encontraban?— preguntó Nara.
Ahora es un tema gracioso, pero en ese momento no lo fue. Ambos sufrimos mucho, pero creo que si no hubiese sido de esa forma, ella y yo no seríamos lo que somos ahora. Esa experiencia nos hizo más fuertes y siendo sincero, solo me hizo quererla, es más, yo descubrí que realmente la amaba cuando la perdí.
Aunque hay muchas cosas que en mi opinión quedaron sin resolver en ese entonces, por ejemplo, nunca le pregunté como se sintió en su primera vez, a pesar de que fue conmigo, ella me echó y yo creí que nunca volvería a tocarla de nuevo, aún recuerdo cada palabra que me dijo ese día, parece que las marco a fuego.
—Pero ahora ya no tengo miedo— dijo Amber, antes de abrazarme por la espalda. Yo tengo miedo todos los días, porque Amber se puede aburrir de mi en cualquier momento y no quiero que se vaya, no aún. Por eso le digo tantas veces que la amo, tal vez si tengo suerte, ella se apiade de mi alma y se quede, aunque sí algún día quiere algo mejor, yo la dejare ir, eso haces cuando quieres realmente a alguien.
—Te amo— besé su mejilla y ella sonrió, antes de devolverme el beso.
—Aw, que tierno son, podrías ser así a veces ¿lo sabes?— le preguntó Leo a Nara y ella sonrió, antes de besar su frente.
—Tu me quiste así, no quieras cambiarme ahora— le respondió ella, antes de tomar un trago de su copa.
Nara acaba de revivir un fantasma del pasado, todas las preguntas que quise hacerle a Amber en ese momento vuelven a mi cabeza y no es un tema que me guste pensar. Se que la decepcioné mucho en ese entonces y he tratado de tratarla lo mejor posible desde ese entonces, quiero mostrarle con cada gesto y con cada detalle que la amo, quiero que ella lo sepa sin ser necesario decírselo y yo solo quiero verla feliz, si algún día ya no logro que ella se sienta así, entenderé si se va.
La noche se pasó entre tragos, anécdotas, canciones y Leo, quien parece estar contratado para animar la fiesta. Cerca de las doce, ya estábamos ebrios, aún así, nos acostamos en el jardín, para ver los fuegos artificiales, los cuales no vamos a tirar por nuestra parte.
Amber estaba tirada, con la cabeza apoyada en el estómago de Nara, mientras charlaban entretenidas, junto a Keila. Siempre me gusto su amistad, ellas siempre fueron tan sinceras la una con la otra, siempre se cuidaron entre sí, se han apoyado en todo y creo que fue un poco de envidia a eso lo que me hizo separarme definitivamente de Marco y toda esa mierda.
—Amor ¿Estás bien?— Amber dijo, antes de apoyar su cabeza en mi hombro, para después mirar el cielo, que en unos minutos estará cubierto de fuegos artificiales y luego de eso, miles de niños abrirán sus regalos de navidad.
Sabes que Amber está ebria cuando dice la palabra "amor" sin pestañear si quiera una vez, a veces creo que no le enseñaron a decirlo de pequeña.
—Es que tengo muchas preguntas en la cabeza— le respondí. Yo no estoy ebrio, después de que tomé de más en la despedida de soltero de Max, prometí no tomar mas hasta quedar en ese estado, es demasiado para mi y tengo miedo de no ser consciente de las cosas que hago y que eso termine perjudicando a Amber, no quiero perderla de nuevo y mucho menos por eso.
—Okey...— Amber asintió y en su cabeza planeó algo —Hagamos lo que hacías con Octavio, las enumeras, luego las dices, desde la que creas más importante a la menos importante — me dijo, entrelazando nuestros dedos, sobre su hombro.
—¿Y si considero que todas son importantes?— pregunté, girando mi rostro, para mirarla. Ella giró su rostro y como si no hubiese nada malo en esta tierra, solo sonrió.
—Solo dímelas— besó mi mejilla y después volvió a su lugar.
—¿Como te sentiste en tu primera vez?— pregunté, acariciando su mejilla y después pasando por su cabello. Ella giró su rostro y me miró extrañada, como si hubiese preguntado algo absurdo.
—¿A que viene eso?— preguntó ella, sin salir de su asombro.
—Es que me echaste y nunca tuve la oportunidad de preguntártelo — le expliqué.
—Oh, bueno, eh... a mi me gustó y además, recuerdo que fuiste muy bueno, dulce, amoroso ¿Como no me iba a sentir bien? Fue mejor de lo que yo había esperado, fue como en los libro que yo soñaba — dijo ella, mirándome con una sonrisa tierna. Me acerqué aún más, para poder darle un beso. Estar con ella y poder besarla es la mejor cosa que me pudo haber pasado.
—¿Y qué pasó cuando me fui?— pregunté, casi que asustado por la respuesta. Amber no me quiso mirar, pero su sonrisa se esfumó.
—¿Por qué esa necesidad de volver al pasado, Alex?— preguntó ella, aún mirando al cielo.
—Siento que esa parte nuestra aún no se ha concluido— le respondí, sin poder quitarle la mirada de encima. Ella traía puesto un palazo negro, junto a un top del mismo color y me sorprendentemente estaba descalza... nótese mi sarcasmo. Amber se giró, para apoyar su cabeza en mi pecho, después pasó su brazo por sobre mis abdominales y yo besé su frente.
—Lloré como una pequeña niña, te extrañé, le pedía a Keila que llamara a Max, para preguntar por ti, tenía miedo, no quería que estuvieras solo, recuerdo que le mandé un mensaje a Leo pidiéndole que por favor no te deje solo, que te mantenga ocupado y que te ayude a distraerte, estaba asustada de que te sientas solo— me susurró, mientras que acariciaba mi mejilla, como si yo fuera un pequeño niño herido, en ese momento tal vez lo era.
Le creo lo de Leo, el me bombardeaba con miles de llamadas al día, también me llevaba de fiesta y además, el me dio el ultimo empujonsito para ir a terapia. Además le creo todo lo que dijo, recuerdo las veces que ella no se pudo resistir, para ella esos eran momentos de debilidad, pero para mí eran de coraje puro, ella hacía lo que quería cuando quería, algo que no había hecho en toda su vida y creo que todo ese hecatombe que vivimos en ese entonces, también la ayudó a liberarse, a expresarse y a hacer lo que siente.
Ya todas las preguntas se me borraron, ya nada de eso importa, solamente quiero ser feliz con Amber, ella es todo lo que tengo y todo lo que me importa.
Pronto, Keila, empezó a contar mientras, trataba de que todos nos abracemos, a pesar de estar tirados en el piso, ella cumplió su cometido, y terminamos todos acurrucados contra los otros y entonces, llegaron las doce y los fuegos artificiales inundaron el cielo nocturno.
—¡FELIZ NAVIDAD!— gritaron todos al mismo tiempo, pero Amber optó por los susurros.
—Feliz navidad, marinero, tú siempre serás mi mejor regalo— me susurró, antes de besar mi mejilla.
Nunca sentí algo tan fuerte por alguien como por ella y a veces me asusta todo lo que me hace sentir, pero estoy dispuesto a pasar todas las tempestades posibles, con tal de estar a su lado. ~~~~~~~~~~~~ Hola! Gracias por apoyar mis historias, realmente lo aprecio🥰❤️ Les dejo mi Instagram para que podamos seguirnos!
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