38. El se fue.

2.4K 167 16
                                    

Maratón 4/4

Narra Alex: Habíamos pasado una tarde noche demasiado buena. Nos habíamos divertido como nunca con nuestros amigos y bueno, también hubo un poco de manoseos en la pista de baile, pues Amber y yo parecemos nunca aburrirnos el uno del otro.

Hablando de ella, Amber iba mirando su regazo, donde descansaba el ramo de la novia, el cual ella atrapó. Le hizo mucha gracia y me dijo que nos casaríamos hoy mismo, en nuestra cama, sin testigos, ni curas, ni nada. Meh, es un casamiento interesante.

Llegamos a nuestro departamento, pero antes de entrar al ascensor, cargue a Amber, tomándola por sorpresa, pero ella dejó escapar una risa que era capaz de iluminar el mundo entero.

—¿Qué haces, Alex?— preguntó ella, rodeando mis hombros.

—Me dijiste que nos íbamos a casar en nuestra cama, tengo que cargarte por el umbral— me encogí de hombros y ella sonrió, antes de besarme. Su labial le duró dos minutos, ya que con todos los besos que nos dimos, este sé corrió con rapidez.
Abrí la puerta de nuestro departamento, entre y después le di una patada para cerrarla. Camine al sofá y me senté, con Amber sobre mi, mientras nos besábamos. Me pregunto si mi hambre por Amber alguna vez cesará, pues no hay nada en este mundo que yo desee más que pasar todos mis días junto a ella.
Amber tiro el ramo hacia alguna parte, mientras empezaba a quitarme la chaqueta, pero antes de que pueda empezar a desprender mi camisa mi celular empezó a sonar.

—Mierda— musité, sacando mi celular de mi bolsillo. Vi que era papá, así que atendí.
—Papá— atendí, mientras seguía abrazando a Amber, quien prestaba atención a mi conversación.

—Alex, ¿estás en tu departamento?— preguntó el, se oía decaído.

—Sí ¿qué necesitas?— pregunté, claramente preocupado, pues mi padre no es la clase de persona que te visita a las tres de la mañana.

—¿Podrías abrirme? Realmente necesito compañía ahora mismo— dijo el y su voz se hizo pequeña.
Fue entonces cuando lo supe, ya no volveríamos a ver a Rami en un plano físico nunca más, estoy seguro esta vez.

—S...sí, por supuesto, voy— corte la llamada.

—¿Qué sucede?— preguntó Amber, parándose, abriéndome paso hacia la puerta.

—Papá me necesita— dije caminando hacia la puerta, apenas la abrí, me encontré con papá, quien parecía un perrito mojado y no tuve dudas en ese momento.

—El se fue— papá sollozó, antes de abrazarme.
Lo sabía.

Algo dentro de mi se quebró, una parte de ese pequeño niño que quería agradarle a sus abuelos acaba de morir junto a Rami Thompson, ese señor que hizo muchas cosas buenas a la vista del ojo publico, pero que rompió por pedacitos a su familia.
Entonces, el primer y último abrazó que nos dimos vuelve a mi mente, ese único gesto que podré recordar de él, el único momento en el que fue bueno conmigo, el único momento en el que sentí que tenía un abuelo que podía ser amoroso. David no lo recordará, el solo escuchará historias de el papá de nuestro papá y él será solo eso, un recuerdo, que debería ser agradable, pero que por lástima, siempre será una herida.

—Alex— la pequeña voz de Amber me llamo y cuando miré hacia atrás, noté que su ojos se pusieron bizcos y sus piernas fallaron.
¿Se va a desmayar?
Corrí hacia ella y llegue en el momento exacto para tomarla en mis brazos, ya que sus ojos se cerraron y ella cayó sobre mi.

—Amber, Amber, amor— la llamé, mientras la acostaba en el sofá. Papá reaccionó rápido y se dirigió a la cocina, pronto trajo un vaso de agua con azúcar. Amber abrió los ojos con lentitud, pero tenía que hacerle un par de preguntas, para asegurarme de que su cabeza estaba pensando bien.

—Hey ¿como me llamo?— le pregunté, haciéndole aire con un diario que había sobre la mesa.

—Alex— respondió ella, en un susurro.

—¿Como te llamas tú?

—Amber

—¿Y tus padre como se llaman?

—Jonathan y Ann.

Bien, su cabeza esta bien, así que le pase el vaso con agua. No podría aguantar que algo malo le pase a Amber ahora, la necesitaré mucho y cualquier cosa que la pueda poner en peligro o causarle algún daño me lastimara a mi también. Ella se sentó lentamente, mirándome fijo, hasta que su mirada empezó a turnarse entre mi padre y yo.

—Toma, amor, te hará bien— le di el vaso con agua, el cual ella tomó despacio. Luego de tomar un par de bocanadas de aire, ella se paró del sofá, bajo mi atenta mirada y se dirigió a mi padre, para abrazarlo.

—Lo siento, siento tanto que tengas que pasar por esto, Sebastian— dijo ella, antes de besar su mejilla. Me paré y me uní al abrazo, pues lo necesito tanto como mi padre.

Narra Amber: Mi vista se había nublado por un momento, sentí que mi cuerpo se caería a partes, pero me tuve que recuperar rápido, pues Alex me necesita, tanto como Sebastian lo necesita a él.
Rami murió. Es casi irreal cada vez que lo vuelvo a pensar, pues sí, estaba enfermo y todos nos esperábamos que esto pasara, aún así, no creo que ninguno haya estado preparado para esta bomba.
Que ironía, estábamos divirtiéndonos hace un par de horas y ahora estamos de luto.

—Tenía Cáncer y murió de un infarto ¿que clase de ironía es esta?— sollozó Sebastian, apoyando su cabeza en el hombro de su hijo.

—Estoy aquí, papá, siempre lo estaré, tranquilo— dijo Alex, calmándolo, mientras acariciaba la espalda de su padre.
Es injusto, que ahora, justo cuando Rami estaba tratando de ser alguien bueno pase esto. Alex solo tendrá malos recuerdos de él y me duele, ya que él se merecía ser su pequeño mimado, no un niño rechazado y maltratado.

—¿Como está Rosemary?— pregunté, tímida, apoyando mi cabeza en el hombro de Sebastian.

—Ella está con sus hermanas, en el hospital— susurró el, limpiando su nariz.

—Okey— besé su cabello y de paso miré a Alex. Mi marinero se ve destrozado, pues a parte de no saber que decirle a su padre, seguramente no sabe ni qué decirse a sí mismo.
Seguro esta pensando en todas las cosas que no pudo disfrutar, en las cosas que David se perderá, en cómo su papá se recuperará de esto. Quisiera con solo un beso poder curar todas sus tristezas, pero por ahora solo me queda estar a su lado, apoyarlo en todo lo que pueda y me mantendré firme.

—Debería ir a acompañarla— dijo Sebastian, parándose del sofá.

—Claro, voy contigo— dijo Alex, parándose del sofá.

—Yo también— dije, antes de correr hacia el cuarto. Tomé la primera sudadera que encontré y me la puse sobre el vestido.
Antes de salir del departamento, llené los platos de nuestras mascotas con comida y también les dejé agua.

Salimos del departamento, para después ir al ascensor. Sebastian se ve totalmente destrozado, pues él no tiene sólo memorias feas de su papá, también tiene buenas y esas son las que más va a extrañar.
Alex precioso el botón para ir al garaje y después yo tomé su mano, haciéndole saber que no la soltaría, por nada de este mundo.
~~~~~~~~~
Hola! Intente hacer un pequeño maratón, espero que les haya gustado, gracias por el apoyo❤️❤️

Alex (||)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora