59. Daddy.

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Narra Alex: Está confirmado, ya no volveré a ver a Amber de la misma forma

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Narra Alex: Está confirmado, ya no volveré a ver a Amber de la misma forma.

Aunque intente, Amber ha cambiado ante mis ojos. Yo creía que ella ya no podía ser más importante para mi, pero me equivoqué, ya que si antes ella era una prioridad, ahora es la más importante de todas y no puedo parar de preocuparme.

Ella, sin embargo, está relajada, como si no cargara en bebé dentro de ella. Se está vistiendo, así iríamos a buscar a David y después a visitar a la señora Cleo.
No estoy emocionado por hacerlo, pero creo que nos debemos una charla y aunque ya no estoy dispuesto a soportar más cosas de su parte, necesito verla aunque sea para despedirme.

—Ya estoy lista, podemos irnos— dijo Amber, desconectado su celular, para después guardarlo en el bolsillo de su overol.

Al notar que no hacía esfuerzo por levantarme de la cama, ella se acercó a mi y se paró entre mis piernas, para después tomar mis mejillas.

—Si tú quieres te puedes quedar, David y yo podemos tomar el autobús— dijo ella, antes de darme un corto beso.

—Estás loca si piensas que te dejare viajar en autobús estando embarazada— le respondí, abrazando su cintura.

—Estar embarazada no significa que no pueda viajar en autobús, Alex— sonrió y yo sentí que la tensión de mis hombros desaparecía.
La acerque a mi y besé su vientre, antes de levantarme de la cama.

—Vamos, amor— tomé su mano y ambos nos dispusimos a salir del departamento.
[...]
Volver al lugar de rehabilitación sigue siendo igual de traumático como hace unos años.
Es un lugar lindo, está bien cuidado, tiene un hermoso y gran jardín, además la casa es preciosa, con un aspecto algo antiguo, pero muy bien cuidado, al igual que los pacientes, lástima que el motivo por el cual están aquí no es tan lindo.
Odio ver a mi madre aquí y además siempre recordaré lo culpable que me sentía la primera vez que se internó, es algo que no quiero volver a sentir, yo no la empuje al alcohol, yo no hice nada malo como para que ella se deprima, por eso odio la idea de sentirme culpable por algo que no hice y algo que no está en mis manos como para resolverlo.

Mientras que David estaba sentado en el regazo de mamá, yo me comía un sándwich, aferrado a Amber como si ella se fuera a escapar hacia alguna parte. Estoy tenso como un cable aéreo y miró a cualquier parte menos a mi madre, quien para mi suerte, está tratando de llevar la fiesta en paz.

—¿Como has estado, Alex?— preguntó ella, seguramente sonriendo, pero no me atrevo a mirarla.

—Bien— respondí, dejando mi vista fija en los muslos de Amber, los cuales siempre me parecieron celestiales y amo la forma en la que ellos nunca se separan.

—Me alegra ¿y tú Amber?— le preguntó mamá, a la vez que mi novia tomaba mi mano, como si quisiera darme confianza.

—Bien, Cleo, tú te ves mejor ¿lo estás?— Amber le preguntó, sonando realmente amable y se que ella también quiere decirle cosas, pero sabe que no es bueno, además no quiere arruinar la tarde de David, pero por sobretodo, ella no se siente con el derecho de decirle algo.

Alex (||)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora