7. ¿Qué pasa?

3.6K 214 24
                                        

Narra Alex: Venir a la casa de Ann es de mis cosas favoritas, pero lo que más me gusta es meterme al antiguo cuarto de Amber y ver fotos de mi novia cuando era pequeña.
Me gusta sentarme en el piso, con la espalda apoyada en la cama, la misma cama en la que Amber y yo tuvimos sexo por primera vez, wow, fue hace tanto que me sorprende recordarlo todo tan bien. Amber siempre fue la cosa más preciosa que yo ví, aún lo es y eso me encanta.

He estado tan estresado estos días que por un momento pensé que Amber me iba a dar una patada en el culo, pero no, fue paciente, me calmó y supo que decirme y en qué momento. Aún así me asusté cuando el otro día hablamos fugazmente de que sería si estuviéramos separados. Estaba tan preocupado por Leo y Nara que por un momento pensé que ellas se unirían para dejarnos.
Sigo siendo un idiota por momentos.

—Aquí estás— dijo Amber parada en el marco de la puerta, con los brazos cruzados sobre su pecho.

—Hola, sirena— sonreí y le di unas palmadas al espacio a mi lado, como símbolo de invitación.
Ella se despegó del marco y camino hacia mí, para después sentarse a mi lado. Ella apoyó su cabeza en mi hombro y con su mano cubrió la foto que estaba viendo.
—¿Qué haces? Estoy viendo eso— sonreí mientras quitaba su pequeña mano de la foto. Seguí viendo mientras Amber hacia bromas sobre ella misma, cosa que no me gusta, pero a ella ya no parece afectarle eso.

Al final del álbum, había muchas fotos sueltas, así que las tome y empecé a verlas una por una, hasta que di con la más horrible de todas. La pequeña Amber estaba postrada en una cama de hospital, una gran venda en su cabeza y dormida profundamente.
Se que fue hace mucho, pero aún así, ese fue uno de los detonantes para que Amber perdiera la confianza en la gente y odio la idea de que ella haya sufrido tanto.

—Tal vez no quieras ver eso— Amber me lo quitó de la mano.

—Maldito Daniel López— susurré cerrando el álbum y dejándolo en su lugar, a Ann no le gusta que dejemos las cosas desordenadas.

—¿Cómo lo recuerdas? Te lo conté hace muchísimo— dijo ella a la vez que se paraba del piso para acercarse a mí.

—Me resulta difícil olvidar cosas de ti, más si se trata de las cosas que te hicieron daño— dije apoyando mi espalda baja en el escritorio. Amber se acercó y me abrazó, apoyando su cabeza en mi hombro y yo acaricié su espalda, a la vez que la abrazaba más fuerte. La necesito tanto como el primer día.

—¿Qué te pasa, Alex? Estás preocupado, lo sé, pero no sé porque, dime— susurró ella acariciando mi cabello.
Ella ya lo notó, por supuesto, ella me conoce muy bien. Pero no le quiero contar ahora. Saldremos con los chicos en un rato y no quiero que ella vaya preocupada, mejor se lo cuento en casa.

Me quedé abrazado a ella, oliendo su cabello y con ella besando mi cuello, hasta que más brazos se sumaron al abrazo y cuando abrí los ojos, todos nuestros amigos no estábamos abrazando.

—Que tierno ¿Pero por qué estamos haciendo esto?— preguntó Nara en un tono de molestia, pero aún así, sin ningún esfuerzo por separarse de nosotros.

—Solo cállate— dijo Keila con una gran sonrisa en su rostro.
Algunas cosas nunca cambian.
[...]
Narra Amber: Con los años ha cambiado nuestra forma de divertirnos y además de eso, el club al que solíamos ir cuando éramos adolescentes cerró porque el dueño decidió mudarse de país, lo que me puso muy triste, porque tenía muchos recuerdos lindos ahí y quería crear más, pero no se pudo.
Así que ahora salimos a lugares diferentes cada vez que salimos. Hoy toco un club bastante bonito, demasiado blanco a mi gusto, pero a Keila parece gustarle, ya que puede sacarse fotos en cualquier parte y parecerá "aesthetic".

Alex (||)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora