Alex (||)

18. Quiero hacerla feliz

Narra Alex: En mi cumpleaños siempre pasaba algo malo, ya fuera porque mis abuelos paternos iban a arruinarlo a propósito, o porque mis padres peleaban, o porque yo me escapaba y mis padres se pasaban el día buscándome. Nunca había festejado un cumpleaños en sí. Aunque mi plan perfecto para mí cumpleaños siempre fue salir a comer con mis amigos o pasármelo con Amber, tocando la guitarra y cantando para mí.
Pero este año sí hay fiesta y para ser sincero, me está gustando.
Ya habíamos hablado, ya habíamos picado algo de comer, ya habíamos bailado y Amber dió por seguro que yo iba a romper la piñata después de la cena, la cual estábamos comiendo ahora mismo.

Todos estábamos entretenidos, comiendo pollo con verduras, ya que era mi cumpleaños, la abuela y Amber decidieron que todos deberíamos comer mi comida favorita.

Amber está mucho más contenta, se ve animada, mientras charla con mi madre. Al parecer no todas las suegras odian a sus nueras. Ya le agradecí a la abuela, debería agradecerle a Amber, pues ella también puso todo su esfuerzo para hacerme pasar bien el día de hoy y aunque hubo un incidente en el medio, puedo decir que ha sido mi mejor cumpleaños, pues, lo primero que hice a las doce fue tener sexo con Amber, después desayunamos juntos mientras Amber me leía pequeños poemas que me recordaban a mi, salteandome lo del vecino, también tuvimos sexo cuando llegamos aquí y para ponerle la frutilla al pastel ella me dijo que yo ya era su marido, lo que me hizo feliz de solo imaginarlo. Si soy así de feliz con una fantasía no quiero saber sí fuera real... Aunque pensándolo bien, sí quiero saber.

Jonathan, quién se había levantado, volvió a la mesa con una guitarra en la mano y la extendió en dirección a Amber.

—Yo creo que deberías hacerle una serenata a tu novio en su día ¿No crees?— preguntó mi suegro, que no me deja decirle suegro.
Amber se puso roja de vergüenza, pero la animé, haciéndole saber que nada me haría más feliz que escucharla cantar para mí.
Ella aceptó la guitarra y se la colocó sobre el regazo, a la vez que Leo sacaba su celular para empezar a grabar.

Amber me miró con una sonrisa tímida a la vez que sus dedos empezaban a tocar acordes. Me preparé para oír su voz y cuando esta llegó a mis oídos sonreí, mientras la escuchaba cantar "Two punks in love" de bülow, una de las tantas canciones del playlist que hizo en mi honor. Admito que es mi favorita.

No le podía quitar los ojos de encima, mientras ella cantaba, yo tenía mi cara apoyada sobre mi mano y le sonreía, ella es mi mayor felicidad.
No sé que sería de mi si Amber no hubiese entrado a mi vida, tal vez hubiese seguido siendo amigo de Marco y toda esa gente horrible, tal vez ni siquiera hubiese ido a la universidad, hubiese seguido siendo un Playboy idiota que se creía no se que, no hubiese vuelto a ser amigo de Max y además jamás hubiese querido mejorar, ser bueno, ni me hubiese preocupado por los demás.
Con Amber entendí que era importante rodearse de personas que te hagan querer mejorar, con Amber he aprendido mucho, he aprendido idiomas, he aprendido a tocar instrumentos, he aprendido a valerme por mi mismo a la hora de vivir, pero también he aprendido a respetar, a querer, a ser amable y todo eso se refleja en los ojos de Amber, que me miran con el mismo amor que me miraba cuando estábamos en la escuela.

La canción terminó y yo no pude evitar acercarme para besarla.

—Te amo, sirena— le susurré al oído y ella besó mi mejilla.
[...]
La fiesta se terminó a la vez que la comida, además, después de la decepción con la piñata, todos se pusieron a tomar y bueno, tuvimos que pedir muchos Ubers y taxis.

Aunque para mí, no fue para nada una decepción, ya que adentro de la piñata, había dos cajas, una pequeña y una mediana, ambas con mi nombre. La pequeña contenía dos anillos de caramelo, uno para Amber y el otro para mí. Nuestro matrimonio duró dos segundos, ya que me comí el anillo poco tiempo después y Amber hizo lo mismo. La segunda caja no la he abiertos, ya que Amber dijo que era mejor hacerlo en privado, esperaba abrirla cuando estuviéramos solos en el cuarto que nos han dado por la noche, pero Amber cayó frita en la cama y se durmió. Es una buena vista de todos modos.