One-shots, imaginas, pequeños momentos de ensueño al lado del rumano mas querido de marvel.
Las historias serán sobre Sebastian o cualquiera de los personajes que ha dado vida.
Espero que les guste el contenido que les traigo, dejen sus comentario...
Nota: Contado desde el punto de vista de Chris El apellido de él para este shot será Devon.
Destroyer
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Sabía que había sido una muy mala idea meterme en este mundo y más con ella a mi lado, me había dado cuenta muy tarde y cuando quise remediarlo todo había explotado frente a mi sin que pudiera tener una salida de emergencia bien planificada, había perdido el dinero, la seguridad y sobre todo la había perdido a ella.
La última vez que había visto a la chica de mis sueños había salido por la puerta principal de la casa de Silas directo a la trampa que el criminal que alguna vez llame amigo me estaba tendiendo para salvar su propio pellejo, todo había pasado tan rápido, el ataque al banco había salido pésimo desde que entramos al lugar, los policías habían sido notificados del atentado esperándonos pacientemente dentro del local, solo pude salvar mi propio pellejo al usar como rehén a una anciana la cual termine botando a mitad del camino junto a la van que manejábamos para los robos.
—¿Dónde está? —pregunto con paciencia al contestar mi teléfono —¿Se encuentra bien? —digo con preocupación bajando todas mis defensas al querer saber el estado de la pelirroja, la risa del traidor suena alta desde el otro lado de la llamada, aprieto mis manos en puños, paso mis lengua por mis labios, coloco mis dedos sobre el puente de mi nariz —Dime que está bien y no te haré pagar por tu venta a la policía.
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Otra risa que causa que mi sangre hierva por completo —Tranquilo, Don Juan, está a salvo, bien cuidada, una muy buena mercancía.
Gruño por lo bajo por su declaración de guerra, el ríe al saber que me tiene en sus mano —Si te atreves a poner una mano sobre ella, te matare, te lo juro Silas.
—Di todo lo que quieras, Chris, pero tú y yo sabemos que no eres de esos, ahora, el asunto de mi llamada —cambia todo el tema hacia uno de su conveniencia —Seguirás trabajando para mi si no quieres que Evie sea vendida a un rico Árabe, ¿Sabes que esos son unos desgraciados con su mercancía? —ríe más fuerte —Y yo pensé que era el enfermo aquí.
Me quedo callado para no cortar la comunicación con aquel patán, era la única manera de volver a ver a Evie sana y salva —¿Qué quieres? —pregunto lo más tranquilamente posible ante la situación que se me cernía.
