02. Sebastian Stan

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Suspiro en frustración viendo nuevamente la información que debo procesar para toda mi vida pero en especial para el examen que tendría mañana en la tarde, volvía a preguntarme por quinta vez en el día, ¿Hacia bien al especializarme en ginecología?, esperaba que la respuesta siguiera siendo si al preguntármela nuevamente cinco minutos mas tarde.

Dejo mis notas y libros sobre mi cama recostando mi espalda contra la cabecera, coloco mis manos sobre mi rostro tapando la luz artificial de la habitación, respiro un par de veces para lograr tranquilizarme, un ruido en mi habitación me obliga a destapar mis ojos, un segundo de terror recorre mi anatomía como si fuera electricidad al ver a un hombre entrar a mi cuarto, pero me tranquilizo rápidamente al ver el rostro contento de Sebastian.

—¿Qué haces aquí? —le pregunto riéndome por su actitud de chico malo al entrar a escondidas por mi ventana.

— No has contestado mis últimos mensajes, pensé que necesitarías algo de distracción —responde acercándose a mi para tomar asiento a mi lado —¿Mucho trabajo? —pregunta viendo los libros regados sobre mi enredón y los miles de lápices acompañándolos.

—Demasiado, tengo que aprender los nervios alrededor de la entrada vaginal y solo se me quedan dos —suspiro pesadamente colocando mi frente contra su hombro, el rumano ríe ante mi derrota colocando un beso sobre mi cabeza.

— Puedes tomar un descanso —susurra cambiando su tono de voz a uno seductor —Te puedo ayudar con sus funciones.

Me alejo de él notando el cambio de su mirada, sus brillantes ojos azules que en un día normal se veían del tono de un cielo azul despejado ahora habían tomado un azul oscuro tan brillante como los zafiros —Necesito estudiar, Sebs —susurro para ser interrumpida por sus labios contra los míos, correspondo a su beso llevando una de mis manos a su nuca y acariciar su cabello enredando mis dedos en sus mechones.

Menos de cinco minutos le toma para estar solo en bóxer y tenerme bajo su cuerpo sin blusa, jadeo por sus besos en mi cuello —En serio, necesito estudiar —digo volviendo en si apartándome un poco del candente rumano, el me mira a los ojos —Es un examen muy importante que debo pasar —el ojiazul asiente alejándose lentamente de mi cuerpo esperando que cambie de opinión, cuando esta sentado en la cama yo me levanto sentándome a su lado —Lo siento —le sonrió tomando su mano —¿Me quisieras ayudar a estudiar?

—Claro, hagámoslo, estudiar, me refiero —toma unas hojas de la cama acercándose a mi puerta y moviendo el pestillo de esta, niego ligeramente mientras rio al ver la actitud de Sebastian.

— De hecho, acabas de quitar el seguro —el ojiazul me mira avergonzado

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— De hecho, acabas de quitar el seguro —el ojiazul me mira avergonzado. volviendo a colocar el seguro a la puerta de mi habitación, se acerca hacia donde estoy poniéndose a gatas sobre la cama, cuando llega hasta mi rostro lo toma con una de sus manos acercándome al suyo —¿Serán clases practicas de anatomía? —susurro acariciando levemente sus labios al hablar, el asiente volviéndome a besar con lujuria, esta vez no puedo pararlo, terminaría haciendo lo que el actor quisiera, como siempre.

Sus manos vagan por mi anatomía parando en los botones de mi pantalón, desabrocha el primero colocando un dulce beso bajo mi ombligo al ver la piel descubierta, desabotona el siguiente dando otro beso, cuando termina estira hacia abajo mis pantalones mostrando un poco de mis bragas de encaje, esta a punto de quitármelos por completo cuando tocan la puerta de mi habitación — Evie, la cena esta lista, mamá dice que bajes o vendrá por ti y te bajara arrastrando.

La mirada de pánico que Sebastian me da está a punto de hacerme reír pero me contengo mordiendo un poco mi labio —Ya voy, cinco minutos.

— Bien —contesta mi hermano mayor, escucho atenta como sus pasos se alejan.

— Creo que es hora de irme —habla Sebastian regresando mis pantalones a su lugar y abotonándolos lentamente.

—O podrías quedarte a cenar —le invito arreglando mi ropa.

El rumano me mira incrédulo por mi petición, asiente —Si claro, pudiera hacerlo —contesta tomando su ropa del piso —Me gustaría hacerlo realmente —agrega yendo hacia la ventana y abriéndola —Pero no estoy listo para morir hoy y es algo que Chris hará al verme salir de tu cuarto.

Rio al verlo salir por la ventana de mi habitación, niego ligeramente al verlo perderse por los arbustos que rodean mi casa, me levanto de mi cama saliendo de mi habitación, bajo las escaleras encaminándome hacia el comedor donde veo a mis hermano...

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Rio al verlo salir por la ventana de mi habitación, niego ligeramente al verlo perderse por los arbustos que rodean mi casa, me levanto de mi cama saliendo de mi habitación, bajo las escaleras encaminándome hacia el comedor donde veo a mis hermanos, mi madre y a mi padre iniciando con su cena.

—Pensé que tendría que ir por ti —menciona mi madre tomando una papa frita de su plato.

—Dije cinco minutos —sonrió tomando asiento frente a la mesa —Aparte necesitaba un descanso.

Chris frente a mi niega dando una gran mordida a su hamburguesa —Todo saldrá bien, serás la mejor de la clase, como siempre —contesta con la boca llena, hago una leve mueca de asco por su falta de modales.

—Chris —le reprende mi madre, su regaño es interrumpido por el timbre de la casa — Ve y revisa quien es —lo manda comiendo de su comida.

Mi hermano suspira dejando su hamburguesa antes de dar un nuevo mordisco, se levanta y va a la puerta, como tranquilamente hasta que escucho quien es nuestro invitado sorpresa —ebastian, amigo, ¿Qué haces por aquí?

La voz del rumano se cuela hasta el comedor haciendo que me atragante mas con mi bocado —Estaba por el lugar visitando a un amigo y recordé que vivías aquí y pensé, ¿Por qué no ver también a Chris?

Ambos hombres entran al comedor con sonrías grandes —Miren quien vino a visitarnos, Mamá, ¿Quedo alguna hamburguesa?

Mi madre como una excelente anfitriona y en secreto encantada por la existencia de Sebastian se levanta de su lugar —Si, la estaba guardando para el que quedara insatisfecho, pero se la podemos dar a Sebastian, querido, toma asiento, Evie, mueve un poco tu silla.

Asiento levantándome de mi lugar arrastrando un poco mi silla para dejar un lugar para el recién llegado, este me sonríe sentándose cuando mi padre acerca una de su despacho —Lamento interrumpir.

—No hay ningún problema, hombre —le sonríe mi padre —Eres como de la familia.

Sebastian asiente algo avergonzado y luego le dedica una dulce sonrisa a mi madre al recibir la comida que ella había preparado, tras su llegada la mesa continua en sus conversaciones naturales a veces agregando a Sebastian y otras veces no, aprovecho la distracción de todos para acercarme a el y poder hablar sin que se den cuenta — Dijiste que no querías morir esta noche.

—Dije que no quería morir por que me vieran salir de tu habitación —dice entre bocados — Pero nunca dije no quisiera morir después de hacer las cosas bien frente a tu familia.

Mi boca se entreabre ante la confesión del rumano, el me dedica una dulce sonrisa en la que me prometía que nuestra relación secreta ya no lo sería más después de esta noche.





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Tómenlo como el Chris que deseen, Pratt, Evans, Pine, Hemsworth

Little Stories To Tell | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora