One-shots, imaginas, pequeños momentos de ensueño al lado del rumano mas querido de marvel.
Las historias serán sobre Sebastian o cualquiera de los personajes que ha dado vida.
Espero que les guste el contenido que les traigo, dejen sus comentario...
Alcohol, drogas, música en un alto volumen, luces de todos los colores cegando a todos, y muchas, muchas chicas hermosas, ¿Qué podría terminar mal?
Sebastian se dejaba llevar por el ambiente, estaba cumpliendo 38 años, soltero, saliendo de un polémico amorío de verano, tenía que disfrutar la vida, y mientras no hubiera señora Stan o pequeños bebés, lo haría, en todo momento.
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Su mirada se posa en una chica, una que jamás había visto en este antro de Constanza, la chica se movía demostrando que la pista le pertenecía, no era de aquí, no, esa guapa mujer no era rumana, su cabello castaño, sus ojos oscuros, su cuerpo bien dotado, pechos de buen ver, apetecibles, cintura pequeña y caderas anchas, piernas mortales y bien bronceadas, le estaban gritando que era una sexy latina abierta a todo lo que le quisieran dar esta noche, y Sebastian se propuso ser quien la llevaría al paraíso.
Vio detenidamente su entorno y supo que no era el único que había fijado su atención en ella, sonrió con picardía, esos idiotas no estaban a su nivel, el rumano dejo a sus amigos sin decir palabra, cómo era costumbre cuando quería cazar a alguna fémina, llegó al lado de la morena en tiempo récord.
Ella sonrió al verlo, desde hacía una hora el morocho había captado su atención y realmente ella quería llevarlo a su cama esta noche, la camisa que vestía se amoldaban perfectamente a su anatomía, dejando ver qué tenía bíceps bien tratados en el gimnasio y posiblemente un completo six en su abdomen.
—Sebastian —se presenta bailando juntos ella.
—Celeste —se presenta la morena y danza junto a Sebastian.
Se vuelven inseparables lo que resta de la noche, ambos consiguen lo que querían, tener sexo, los gemidos y gritos de placer se hicieron presentes en la habitación del morocho, haciendo que los huéspedes del hotel se quejarán con el gerente, el cual no pudo hacer nada, ya que, si se metía con un famoso, su trabajo penderia de un hilo.
Sebastian miro como la chica se vestía a la mañana siguiente, la observaba con detenimiento, la morena termino de colocar su blusa y le dedicó una sonrisa al rumano, se fue del lugar para no volver a verlo nunca, aunque bueno, eso era lo que ella pensaba al igual que Stan.
Tres meses después
Sebastian había conocido a la chica de sus sueños un mes después de su alocada noche en su ciudad natal, Genevieve Ackles y él se habían conocido en la filmación de una nueva película escocesa, había sido tal el éxito de Sebastian como un vampiro en Drácula, que está vez lo contrataron para ser un vampiro nuevamente, pero en un ángulo más romántico, ambos se agradaron al instante, congeniando en diversos temas, su química fue perfecta, tanto dentro como fuera del foco de la cámara.
