01. Bucky Barnes

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Nota: contenido de smut.
Indicado en cursivas

Porque la hora lo amerita y se que son unas pecadoras les traigo este candente escrito

PARTE 1

Año 2000

Entro a la gran habitación detrás de mi padre, desde que su salud había empeorado me empezó a entrenar vigorosamente para tomar el mando de HYDRA, mis ojos viajan hacia el primer nivel de la habitación circular, me detengo al lado de mi padre observando detenidamente la plataforma bajo mis pies, en esta había dos tanques, dos computadoras y una silla especializada con brazos metálicos, un científico estaba preparando el procedimiento para el lavado de cerebro hacia el soldado selecto.

—¿Estás seguro de que el Soldado del Invierno será el mejor guardaespaldas para mí? —giro hacia mi padre dudando de su decisión.

— Es el mejor Soldado que tenemos en la base, no a cualquiera le confiaría la vida de mi rubí —me sonríe acariciando mi mejilla delicadamente.

—Puede ser el mejor, padre —digo llevando mi mirada hacia las puertas cuando se abren, dos guardias escoltaban al hombre en cuestión, este se miraba desorientado y asustadizo —Pero también es el más inestable —susurro sin poder apartar mis ojos de su anatomía, el siente mi mirada ya que alza su cabeza, nuestros ojos conectan por algunos segundos causando que una corriente de electricidad recorra mi cuerpo y cale hasta mis huesos.

—Eso se puede arreglar, tesoro — asiente dando inicio al proyecto —Están implementando una nueva forma para que el Soldado del Invierno sea adquirido rápidamente, algunas palabras, hoy será el primer día que se implemente.

Me quedo callada, mi atención se enfoca en lo que sucede bajo mis pies, el científico se acerca a dónde el Soldado está retenido, me doy cuenta que esa plataforma es un mecanismo sencillo para retener al Soldado si es que llega a salir de control, el científico prepara al Soldado y lo retiene contra la silla, el procedimiento del lavado de cerebro inicia en cuestión de segundos, sofoco un grito cuando el Soldado del Invierno empieza a soltar alaridos dé dolor, miro a mi padre con preocupación, él se veía deleitado al ver su proyecto funcionar a la perfección, pasan diez minutos hasta que el Soldado está listo, habían sido los diez minutos más largos de mi vida, teniendo que demostrar una fuerza que no existía en mí.

—Lo disfrutaste —miro estupefacta a mi padre -Disfrutaste haber hecho sufrir a ese pobre hombre —mi mirada cambia a una de terror al no reconocer al hombre que estaba a mi lado, este no era mi padre, no era el hombre que me crio con principios, ca...

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—Lo disfrutaste —miro estupefacta a mi padre -Disfrutaste haber hecho sufrir a ese pobre hombre —mi mirada cambia a una de terror al no reconocer al hombre que estaba a mi lado, este no era mi padre, no era el hombre que me crio con principios, cariño, devoción, todo lo que una familia normal traspasaba a sus pequeñas creaciones.

—Pequeño rubí, sabes cuál es la naturaleza de HYDRA, del Soldado del Invierno, ¿Por qué te espanta hasta ahora?

Me quedo callada unos segundos, desde que había cumplido 15 años fui entrenada física y mentalmente por HYDRA bajo la estricta vigilancia de mi padre, había sufrido toda tortura creada por el ser humano, había entrenado tan duro hasta que mis músculos gritaran en agonía, mis huesos crujieran en su reacomodo y nunca había visto a mi padre como un monstruo por hacerme pasar todo eso, no, más bien le agradecida convertirme en la persona que hoy era, pero esto, el descubrir que de cierta manera su trabajo era para satisfacer algunos gustos peculiares en mi progenitor me había abierto los ojos, pero sabía que si mostraba debilidad me eliminaría al instante, aunque fuera su querido rubí.

Little Stories To Tell | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora