27. Sebastian Stan

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Nota: Dulces sueños😉🔥

Todo este capítulo es smut ✌🏻

Sebastian Stan 

—¿Tan aburrida estás? —pregunta Sebastian al ver que quito la película a mitad de su transmisión, el morocho se sienta a mi lado, pasando su brazo izquierdo detrás del respaldo, me mira divertido. 

—Sabes que no estoy aburrida —le digo levantándome del asiento, caminando algo incomoda por mis bragas empapadas. 

Siento la mirada de Sebastian seguirme hacia mi trayecto al baño —¿Entonces que sucede? —pregunta haciéndose el desentendido. 

Ruedo los ojos entrando al tocador y quitando mis bragas mojadas para colocarlas en el cesto de ropa sucia —Detesto que te hagas el santo, Stan, no lo eres —respondo saliendo y mirándolo con la ceja alzada —¿En serio me dejaras así?

La sonrisa lobuna de Sebastian decora su rosto por completo, abre y cierra la boca un par de veces —No se de que hablas, Evie, estoy aquí, sentado, sin hacer absolutamente nada. 

Asiento, subiendo al cuarto sin decir nada, odiaba que Sebastian me tocara mientras vemos alguna película o serie y cuando estoy cerca de mi orgasmo, me deje sin decir nada, Dios, odiaba que me calentara tanto ese hombre. 

Entre a nuestra habitación en silencio, colocando el pestillo para que él no lograra entrar, sabia que ese maldito aprovecharía donde me encontraba para colocarme contra la pared y hacer lo que quisiera conmigo, jamas le podía decir no a sus manos danzantes en mi cuerpo, y tampoco es como si lo hubiera intentado alguna vez, él solo tenía que colocar sus seductores ojos sobre mi y yo me encontraba lista para recibirlo. 

Retire su camiseta de mi cuerpo y quite mi falda de mezclilla de mis caderas, me deshice de los zapatos y tome el traje de viuda negra que Sebastian me había regalado hace un año, este hombre si tenía ciertos fetiches que me gustaba complacerle, pero esta vez me tocaba torturarlo a mi, me enfunde el traje de lycra, el cual se amoldaba a cada curva de mi cuerpo, resaltandolas y dándole mejor forma, subí el ziper hasta la mitad de mis pechos, dejando resaltar la curva de estos, me coloque las zapatillas de tacón y fui a mi tocador, donde arregle mi cabello en una coleta alta, mis labios los coloree de un rojo brillante, sonreí ante la nueva imagen en el espejo, Sebastian se volvería loco al verme así. 

Al abrir la puerta del cuarto encontré a Sebastian con unas ganzúas en la mano, apenas iba intentar entrar a nuestra habitación, el ojiazul se quedo estático frente a mi, vi su manzana de adán subir y bajar cuando trago saliva, sus ojos me recorrieron lentamente, deteniéndose en mis pechos para después proseguir su camino por el resto de mi anatomía. 

Cuando sus ojos zafiros se colocan sobre los míos, le dedico una dulce sonrisa, inocente, tierna y nada pecaminosa, yo también sabia jugar, Stan, pienso para mis adentros, camino hacia la planta baja, sintiendo la cercanía de Sebastian, siguiéndome como perrito faldero, casi podía oler la excitación en su cuerpo. 

—¿Qué tramas, Genevieve? —ronronea, acercándose a mi, su pecho golpea mi espalda y su erección se instala entre mi trasero, me alejo antes de caer en la tentación.

—No se de que hablas, solo estoy caminando, hacia la cocina —respondo entrando a la cocina del departamento y yendo directamente hacia el refrigerador, me inclino hacia las ultimas cubetas, donde guardábamos las frutas. 

Little Stories To Tell | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora