Little Stories To Tell | Sebastian Stan

Imagina

Bucky Barnes

Has estado por meses separada de Steve, Sam, Natasha y de Bucky ya que tenías una misión encubierto en las bases de HYDRA, nadie sabía de tu paradero exacto o tu situación actual preocupándolos cada vez más a un nivel irracional, todo iba perfecto en tu misión hasta que pensaste que tener un leve contacto con los ex Vengadores sería una buena idea, notificarles que estabas en perfecto estado para poder seguir un poco más tranquila con la tarea que se te había encomendado.

Pero no contabas con que un recluta de HYDRA te tuviera tan bien vigilada y al momento que hiciste la llamada que tanto anhelaban tus amigos el agente te delatara frente a los altos mandos de la sede enemiga llevando todo tu trabajo a la basura en cuestión de segundos.

Días después de tu llamada te encomendaron una tarea la cual fuiste a cumplir con tu equipo sin saber que te estaban llevando directo a tu propia ejecución. La misión estaba transcurriendo normal hasta que sentiste un cambio en el ambiente, no te sentías segura y tu presentimiento fue confirmado en el momento que tu equipo empezó a atacarte haciendo que salieras muy mal parada de la situación.

Después de recibir múltiples golpes sin descanso caíste rendida al suelo por el impacto de un golpe en tu estómago, tu cabeza golpeo fuertemente el piso haciendo que perdieras rápidamente la conciencia, cuando la recuperaste un dolor insoportable taladraba la base de tu cráneo, como pusiste te levantaste para seguir con una pelea que ya había finalizado, tu visión era nublosa y tarda algunos segundos en acoplarse, cuando ves nítidamente descubres a un hombre caminando hacia ti a paso decidido, cuando está a pocos pasos de distancia lo reconoces perfectamente. —¿Qué haces aquí? —le preguntas llevando tus manos a tu cabello en señal de frustración.

— Vine a recogerte —sonríe burlonamente viendo todo el caos que habías hecho en el edificio donde HYDRA te había traído, el ex Capitán Steve Rogers se cierne sobre ti en su traje de nómada, el nuevo apodo que había adoptado después de dejar a los Vengadores por el bien de todos —Se nota que necesitabas ayuda —menciona estirando su mano hacia ti, tú lo tomas soltando un suspiro de fastidio, Steve ni se esfuerza un poco para tenerte de pie nuevamente, ambos se miran evaluando la situación física del otro, a diferencia de ti, Rogers solo contaba con unos cuantos rasguños.

— Estaba todo en orden hasta que apareciste, capitán.

— Si, claro —sonríe con arrogancia, su sonrisa de triunfo te hace querer borrársela con un golpe, nunca te había gustado que se burlaran de ti o que pensaran que eras menos, aunque sabias que esta era la forma de Steve para esconder el hecho de que estaba muy preocupado por ti, quieres hablar pero un eco los hace ponerse en alerta, ambos giran hacia la procedencia del sonido encontrándose con un cuerpo cayendo sobre el capo de un auto, detrás de él en el techo del automóvil aparece el ex Soldado del Invierno, el hombre baja del techo aplastando en su caminar el cuerpo sin vida del agente de HYDRA, se dirige a paso decidido hacia donde ambos se encuentran.

— ¿En serio? —preguntas girándote hacia el alguna vez defensor de Estados Unidos —¿Tuviste que traerlo?

El súper soldado se encoge de hombros —No es algo que pueda evitar cuando él se entera que estas metida en problemas.

Bucky Barnes llega hacia donde están ustedes quitándose la máscara que habían confeccionado para su nuevo traje —¿Qué fue eso, Evie? —pregunta hacia ti con enojo.

— Se llama trabajo, Bucky, hemos hablado de eso.

El morocho niega con fastidio —Pusiste tu vida en riesgo al llamarnos, ¿En que estabas pensando?

Lo miras algo incrédula por la actitud que había adoptado — Estaba pensando en que todos estaban hecho un mar de nervios al no saber de mi por cinco meses, quería que supieran que estaba viva.

— No quiero que te vuelvas a arriesgar así.

Te cruzas de brazos molesta por la conversación, ves como Steve hace una mueca en su rostro de incomodidad posteriormente se aleja de ambos para dirigirse al quinjet que estaba esperándolos para irse a casa —¿Y quién te crees que eres para darme ordenes? —le preguntas.

— Tu novio, por si habías olvidado eso.

Ríes levemente y niegas haciendo que algunos mechones se desprendan de tu coleta —No, solo quería que lo dijeras en voz alta —miras su rostro de sorpresa —No vuelvas a usar ese tono conmigo, Barnes, solo lo tienes permitido en ciertos lugares, y este no lo es.

— Hay una habitación allá —dice apuntando el edificio detrás de su cuerpo —Podemos ir y arreglar esto de una forma placentera para ambos, primor.