Especial 12: Bucky Barnes.

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Bucky Barnes x Juliette O'Neill

DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS

2038

Bucky

— ¿Estás seguro de esto? — pregunta por enésima vez Juliette, ahora se estaba vistiendo para la práctica, asiento revisando la cámara del rifle.

— Tiene 15 años, es hora de que empecemos a entrenarlo - le sonrió a mi esposa y ella suspira mordiendo su labio — No hagas eso — le suplico — Sabes que me provoca.

Jules ríe y camina hacia mí, da un tierno beso en mis labios y me mira a los ojos — Todo te provoca, Barnes — sonríe y va al baño, la miro atar su cabello en una coleta alta, lo había dejado crecer nuevamente después de años manteniéndolo corto.

Me encojo de hombros en mi asiento y sigo revisando el rifle — Es tu culpa, muñeca — le sonrió cuando voltea y me levanto de la cama — ¿Lista?

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Me encojo de hombros en mi asiento y sigo revisando el rifle — Es tu culpa, muñeca — le sonrió cuando voltea y me levanto de la cama — ¿Lista?

Julie asiente y salimos juntos de la habitación, ella baja por las escaleras y yo voy a la puerta del cuarto de Raphael, toco dos veces y él abre, los ojos azules de mi hijo me sonríen, su cabello rojizo está alborotado, a sus quince años ya se encontraba a la altura de mis hombros, en cualquier momento daría el pequeño estirón que le faltaba para estar a mi nivel.

—¿Listo, campeón?

—Ya casi —se ve emoción en sus ojos y entra a su cuarto tomando una mochila y metiendo unas cámaras, se encuentra conmigo nuevamente y cierra la puerta de su habitación, caminamos juntos hacia las escaleras, lo dejo pasar primero y él baja los escalones de dos en dos, en la cocina nos encontramos con su madre —¿Segura que quieres ir? — le pregunta a Julie y deposita un beso en su mejilla.

Jules lo piensa un poco mientras guarda algunos recipientes con comida en la canasta sobre la mesa de la cocina —Sí, no todos los días miras a tu padre fracasar — me mira sonriente y yo rodo los ojos bufando. Ambos ríen por su burla y sonrió al verlos tan relajados.

— De acuerdo, es hora de irnos, debemos volver antes de que oscurezca — lo digo en tono de sargento causando las risas de ambos.

— Ya regreso a la guerra —susurra Jules a nuestro hijo.

Salimos de la casa, conecto las alarmas de nuestro hogar y llamo a nuestro perro, un gran danés con una pata derecha biónica se acerca corriendo desde el cobertizo, se sienta a los pies de Raphael, este acaricia su cabeza gentilmente. Después de años de suplicas por parte de nuestro hijo lo llevamos a un refugio animal a sus diez años, entre una infinidad de perros bien cuidados y en mejores condiciones termino escogiendo uno que estaba a punto de ser sacrificado por su pérdida de extremidad y su mal estado de salud, desde que llego a la casa Raphael lo ha cuidado día y noche, su cambio fue muy notable en el primer mes, el perro había adquirido más peso y podía levantarse con el apoyo de sus tres patas, Shuri al conocerlo creo su extremidad derecha con Vibranium, facilitando así sus caminatas y evitando problemas futuros.

Little Stories To Tell | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora