One-shots, imaginas, pequeños momentos de ensueño al lado del rumano mas querido de marvel.
Las historias serán sobre Sebastian o cualquiera de los personajes que ha dado vida.
Espero que les guste el contenido que les traigo, dejen sus comentario...
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—Esa sonrisa me dice muchas cosas, pero prefiero que me las confirmen con sus propias palabras, mis hijas —habla nuestro padre cuando Hela y yo llegamos a la sala del trono.
Nuestras sonrisas se hacen mas grandes, Hela y yo acabamos de conquistar el ultimo reino sin la presencia de nuestro padre, ambas nos acercamos hasta nuestro padre, siendo recibidas con abrazos y felicitaciones —Ha sido tan sencillo —comento, tomando lugar en mi asiento al lado del trono —Hubiera sido menos divertido si al llegar nos hubieran entregado sus tierras sin oposición.
Hela ríe a mi par —Fue como quitarle un dulce a un bebé, ¿Cual será el próximo reino, padre?
Odín niega, mirando a sus dos hijas —Hemos obtenido todo lo queríamos, nueve reinos que gobernar, son mejores que uno, y tenemos que pensar en un futuro, mas ahora, que serán hermanas mayores.
Lo miro frunciendo el ceño —¿Frigga está embarazada?
Odín asiente orgulloso —Será un varón, ambas tendrán un pequeño hermano.
✨✨✨
—Princesa Genevieve —la voz del guardia detiene lo que estaba haciendo, giro mi cabeza hacia él, indicándole que tiene mi atención —El padre del todo requiere su presencia.
Asiento levantándome de mi lugar y mirando a la cuidadora de mis hermanos —No deje que Loki toque mi libro de hechizos, apenas tiene cinco años y ya sabe como hacer volar todo el contenido de una habitación.
Salgo de la habitación hacia la sala del trono, donde mi padre se encuentra todo el tiempo, Thor viene corriendo, huyendo de su cuidadora, me detengo a mitad del pasillo y me coloco a su altura —¿Qué te he pedido que hagas cuando estas bajo el cuidado de Eyra?
—No molestarla —me responde bajando su mirada al suelo —Comportarme y no hacer travesuras.
—¿Y qué estás haciendo?
—Desobedeciendo.
Sonrió, incorporándome a mi altura nuevamente —Entonces, una disculpa a Eyra y a la sala a jugar con madre, ¿De acuerdo?
—¡Sí, Eve! —contesta el rubio, yéndose con Eyra hacia la sala común donde se encontraba su madre.
Al llegar a la sala del trono, los consejeros de mi padre detienen sus quejas y arrebatos, frunzo el ceño ligeramente al descubrir ese cambio abrupto de ambiente, mi padre los despide con una simple mirada, algunos pasan por mis lados sin verme y otros me dedican miradas enojadas.
—¿Qué ha sido todo eso? —pregunto acercándome a mi padre.
Odín niega lentamente, mirando las puertas del salón —Hombres viejos y necios que no están listos para los cambios —contesta mirando —Pero ese no soy yo, hija mía.
