One-shots, imaginas, pequeños momentos de ensueño al lado del rumano mas querido de marvel.
Las historias serán sobre Sebastian o cualquiera de los personajes que ha dado vida.
Espero que les guste el contenido que les traigo, dejen sus comentario...
Bucky se merece todo lo bueno en esta maldita vida.
Año 2000
Genevieve se levantó al escuchar un golpe seco, su sueño se había vuelto muy ligero después de la llegada de su bebé tan solo cuatro meses atrás.
La madre primeriza y soltera se levantó de su lecho encaminándose directamente a la habitación de su hija, encendió la luz encontrándose con la habitación tal cual la dejo hace tres horas, la pequeña Lilith descansaba en su cuna plácidamente, sin mostrar algún indicio de molestia.
¿Entonces que había sido ese ruido?, se cuestiona viendo si algo en la habitación se había caído, pero todo estaba en perfecto orden.
Otro ruido se escucha y esta vez puede identificar que es en el jardín, ya que se escucha el carrito de juguete de su hija reproducir una canción infantil.
Genevieve sale del cuarto de Lilith encaminándose hacia las escaleras, rezando que simplemente fuera un mapache el que estuviera merodeando en su jardín, aun así, toma el bate de beisbol que su hermano dejaba escondido en la pequeña alacena debajo de las escaleras, lo pone en alto mientras camina a las puertas que la llevaban a su jardín trasero, toma una profunda respiración y sale del lugar con cautela, acciona el apagador iluminando su jardín.
No había ningún animal o algún ladrón en el lugar, posiblemente la habían escuchado y habían optado por irse, Genevieve respira tranquila y gira sobre sus talones para regresar a su hogar, pero otro ruido la alerta nuevamente, gira su cabeza hacia el pequeño arbusto de fresas.
Con el bate en alto y listo para golpear a cualquiera, Genevieve se acerca a su arbusto, mueve algunas ramas y se queda asombrada al ver un metal brillar en la oscuridad, su sorpresa es enorme cuando este se mueve, entreabre la boca cuando un rostro aparece frente a ella, unos ojos azules la observan detenidamente, vacíos y fríos, la persona que había irrumpido en su hogar se desmaya.
Genevieve deja caer el bate a su lado y como puede carga al hombre, este era como sesenta o setenta kilos mas pesado que ella haciendo que su ayuda fuera absurda, después de interminables minutos Genevieve logró meter al hombre a su sala y recostarlo en el sillón, lo miro detenidamente.
Era altísimo y robusto, todos los músculos bien trabajados y marcados, usaba un traje negro que tenia muchos bolsillos, mira detenidamente sus brazos, uno estaba completamente reemplazado por el metal que ella había visto en primera instancia, el otro era humano.
Mira asustada las armas que están adheridas a cinturones en sus piernas, con cuidado retira las correas y lleva lo mas lejos posible las armas de aquel intruso, no quería que despertara y lo primero que viera acerca de él es un arma apuntándole. Su respiración se corta cuando lo ve despierto nuevamente.
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El allanador se encontraba sentado, Genevieve repara en su rostro, una mascara negra ocultaba desde su barbilla hasta sus pómulos, contorneando perfectamente sus ojos, su cabello largo caía hacia el frente, oscureciéndolo más.