01. Carter Baizen

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Nota: smut indicado en cursivas.

Antes de que piensen que soy una ninfómana, hay one-shots que los tengo escritos desde hace tiempo y los voy subiendo conforme creo que es adecuado, coinciden mucho en el smut.

Gossip girl

—Pero miren a quien nos hemos encontrado en este día, no pensé que podía volverse peor —habla Carter bajando de su caballo, el cual es atendido rápidamente por sus cuidadores —llévenlo a descansar —pide el millonario acercándose a dónde me encuentro

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—Pero miren a quien nos hemos encontrado en este día, no pensé que podía volverse peor —habla Carter bajando de su caballo, el cual es atendido rápidamente por sus cuidadores —llévenlo a descansar —pide el millonario acercándose a dónde me encuentro.

—Carter Baizen —menciono haciendo una mueca de asco, me quedo al lado de mi yegua ayudando a ensillarla —Desperté con una hermosa mañana frente a mi ventana, mi madre no grito en el desayuno como todos los días, mi padre no me recordó lo idiota que soy al no aceptar estudiar derecho, era todo maravilloso, pensé que la suerte estaba de mi lado en este día, pero estaba completamente equivocada y tu presencia, me lo demuestra.

—Créeme, querida Evie, tampoco es gratificante verte tan temprano.

—¿No estabas vetado? —le atacó montando mi caballo —Escuche algo acerca de fraude, ¿Mienten las malas lenguas? —pregunto sabiendo la historia detrás del rostro de Baizen, sonrió triunfante al ver el rostro enfurecido del chico —Addio —me despido en mi lengua natal haciendo que mi yegua empiece a trotar por el hipódromo, suspiro al dar mi tercera vuelta por la pista y ver qué Carter seguía ahí, me había buscado una pelea con él.

Después de diez vueltas con obstáculos decido que es tiempo de un descanso —Oh —tiro las riendas de mi caballo y pego mis piernas a sus costados haciendo que se vaya deteniendo, cuando estamos en las puertas de las caballerizas bajo de mi yegua, dos cuidadores se acercan empezando a quitarle la silla —Llévenla a lavado una vez que esté tranquila —les pido —Y a revisión, la escuché resoplar un poco más de lo normal.

Ellos asienten llevándose a la pura sangre de pelaje tobiano a su cuarto de descanso, camino al edificio de duchas mientras quito mi casco, entró al lugar encaminándome hacia el cuarto de baño de damas, está vacío, muchas de las chicas que vienen aquí prefieren el medio día cuando el club se encuentra lleno y así pueden ser captadas por las cámaras, me acerco a mi casillero sacando la llave de mi pantalón, lo abro para tomar la ropa casual que llevaba ese día, empiezo a desvestirme quedándome solamente en ropa interior, camino hacia las duchas sin temor a que alguien me vea, ni un alma vagaba por las duchas en ese momento, entro a la primera regadera que veo.

Los cuartos de baño del club campestre de Nueva York eran los mejores, amplios dónde podías dejar tu ropa en un lugar sin miedo a que te roben o que se moje tu ropa, contaba con un tocador por si necesitabas prepararte exhaustivamente antes de salir, y al otro extremo se encontraba la regadera, la cual salía como una llovizna desde el techo, me deshago de mi ropa y acciono la regadera, entró en ella gozando de las gotas que caen sobre mi cuerpo y lo recorren, cierro los ojos soltando un suspiro de satisfacción, mi cerebro se desconecta por completo, haciendo que cayera en la trampa que Carter estaba a punto de hacer.

Little Stories To Tell | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora