Especial 04: Bucky Barnes

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En 1940 Juliette y Bucky mantuvieron una relación, ella fue entrenada junto a Steve por Peggy, después de salvar a Bucky de HYDRA eran inseparables hasta la "muerte" de Bucky.

Después de los sucesos del soldado del invierno a finales del año 2014 Bucky y Juliette se reencontraron en Constanza, volviendo a retomar su amorío.

Los relatos de 2014 a 2016 Juliette y Bucky son una pareja.



Bucky Barnes x Juliette O'Neill

EL SOLDADO DEL INVIERNO

2014

Bucky

Siberia

Despierto abruptamente de mi sueño, mi cuerpo estaba empapado en sudor, me encontraba desorientado, paso mi mirada por la reducida habitación en la que estoy, está a oscuras, no hay ninguna ventana por la cual pueda entrar un poco de luz, mi vista se va enfocando poco a poco, localizo un retrete a los pies de la cama, pero es lo único que alzando a ver, tomo la funda de la almohada bajo mi cabeza y con ella limpio el sudor de mi cara, al cerrar los ojos el rostro de mi sueño aparece nítidamente, veo la cara de un hombre, su rostro reflejaba alivio y un poco de preocupación.

Steve, susurra mi mente entre sus momentos de lividez, vuelvo a concentrarme en donde me encuentro, todo viene a mi mente poco a poco, el entrenamiento, las ordenes, los golpes y los castigos aparecen ante mi nuevamente, en la locura que se ha convertido mi cabeza se escucha la melodiosa voz de una mujer, no logro entender lo que dice pero puedo verla, imaginármela, en la oscuridad veo unos hermosos ojos verdes que me observan a los pies de mi cama, me pongo a gatas acercándome a la orilla del catre, los ojos dan paso a un rostro ovalado, ojos grandes y expresivos contorneados por unas cejas bien delineadas color parduzco, pómulos bien marcados bañados en pecas de diferentes tamaños y tonos rojizos, una nariz de botón decora el centro de su rostro, unos labios carnosos color durazno que me sonríen, se acerca más a mi rostro, su cabello como el color de las zanahorias cae en cascada por su hombro derecho.

Un fuerte golpe en la habitación hace que la chica desaparezca frente a mí, la luz se cuela al lugar, la puerta está abierta y por ella entran dos hombres vestidos de negro, me siento en la cama recto haciéndoles pensar que nada había pasado, uno se acerca a mi sin temor, puedo ver su rostro, mandíbula gruesa, la sombra de una barba sobre su boca y bajo esta, sus ojos muestran hostilidad, ira suprimida —Soldado, arriba.

Sigo sus órdenes lentamente, me quedo frente a él lo pasaba por al menos por cinco centímetros pero él no se intimidaba, no como el hombre cerca de la puerta, este tenía su mano pegada al arma en su cinturón, listo para atacar si era necesario —Camine hacia la puerta Soldado, manos donde podamos verlas y no intente nada.

Camino hacia la salida de la habitación con las manos en alto, me indica que siga caminando por el pasillo, miro la estructura centrifugar que era el edificio, hay cinco puertas más aparte de la mía, de dos de ellas salen gritos amortiguados por el grueso metal, el segundo hombre que me custodia se acerca a la puerta más cercana golpeándola con una porra mandando a callar a la persona que este ahí dentro.

Nos subimos a un ascensor que tarda cinco minutos en parar, cuando lo hace abre con un fuerte rechinido, la temperatura ha bajado un par de grados por lo que pienso que estamos bajo tierra, me llevan a una nueva habitación bien iluminada, una gran mesa está en el centro con varias sillas, en la silla principal esta un hombre rubio entrado en edad que me mira fijamente.

Little Stories To Tell | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora