Parte 76

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-Ayer me llamo mi tío Louis, me dijo que visito a mi madre. - Guarda silencio, sabe que necesitas tu tiempo para hablar de esas cosas. - Me pregunto porque mi cuarto tenia polvo

-¿Qué le dijiste?

-Le dije que estaba muy ocupado en la escuela y no había podido ir a ver a mi madre. - Él te pasa el algodón de azúcar que pidieron para ambos y paga al señor del puesto.

-¿Crees que tu madre le pidió que te llamara?.- Tú tomas un pedazo del dulce y saboreas lentamente mientras reflexionas. Ambos se dirigen a una banca desocupada del parque.

-No lo creo, mi tío Louis no es muy discreto que digamos, creo que si supiera algo me lo hubiera preguntado directamente. –

-Oye, Alfred, no te lo tomes a mal, pero... Si tienes un tío ¿Por qué no le pediste a él que te recibiera en su casa si algo pasaba?

-Porque es un primo de mamá, y vive muy lejos con su esposa, no podría seguir estudiando aquí si me fuera con él, además, no quiero ser una carga para nadie...

-No lo eres. - Te da la mano en señal de apoyo, tú te sientes cálido por dentro, le regresas el apretón, lo sueltas y abres tus brazos para apretarlo en un abrazo. – 

La vida de adolescente de Arthur Kirkland. HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora