Parte 161

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Te recargas contra Alfred, están en su habitación de la casa de Claire.

La mujer no parecía muy sorprendida cuando le contaron sobre su noviazgo.

Lo cual es bueno, es relajante saber que no todos los adultos van a sobresaltarse y poner peros a lo suyo.

Ahora están acostados en su cama, escuchando música y mirando el techo sin hablar de nada relevante.

-...¿Entonces no crees que los arcoíris te señalen donde hay oro?- Preguntas, sintiendo su sonrisa contra tu sien.

-Puede ser que si señalen donde hay oro... ¿Pero porque los duendes dejarían que muestren la ubicación de su oro?

-¿Entonces qué crees que pase?-

-Son una trampa

-¿Una trampa?

-Sí, solo piénsalo, atraen a las personas a su oro y luego ¡plam!- Pasa rápido una pierna sobre ti, se apoya sobre sus rodillas y sus antebrazos a cada lado de tu cuerpo y hunde su rostro en tu cuello, fingiendo mordidas en tu cuello y hombro.- ¡Se los comen!

Desde abajo Claire puede escuchar la mezcla de sus risas con una propia sonrisa en el rostro mientras acaricia su abultado vientre.

La vida de adolescente de Arthur Kirkland. HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora