Parte 169

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No sabes cómo, pero terminas en la iglesia.

Es una iglesia pequeña a la que a veces eres arrastrado por tus padres.

Ya no hay tantas personas dentro, por lo que asumes que el sermón ya fue dado.

Entras persignándote mas por costumbre que por gusto y te sientas unas tres bancas antes del final.

Alzas la mirada y lo encuentras a él.

Jesús, Dios o lo que sea.

Nunca le has dado más importancia al asunto religió más allá de las creencias y costumbres familiares.

Recuerdas las palabras de tus abuelos y piensas en como a ellos les trae paz visitar la casa del señor.

Pero entre más miras su imagen crucificada mas alterado te sientes.

La vida de adolescente de Arthur Kirkland. HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora