Parte 34

51 10 0
                                    

No podrías decir que las cosas van mal, pero tampoco dirías que van bien.

No esta Joshua, no le ha dicho nada sobre que Matt sea tu invitado, pero tampoco ha sido muy amable que digamos con él, por lo general ella se ve feliz, así que te atreverías a decir que todo está normal.

-Oh cariño, he estado tan contenta con la noticia de tu hermanito, que casi no he pesado en un nombre para él. Antes de que llegaran estaba pensando en nombres como Jonathan, Edwart, Michael, no se ¿Qué piensas tú? - Tus manos, que hasta el momento se han mantenido sosteniendo el vaso de agua que les ha ofrecido a Matt y ti, se mueven nerviosas rodeando el vaso y dándole vueltas como única forma de distracción.

-No lo sé, mamá, Edwart suena muy serio. - Opinas sin mucho entusiasmo. Genial, ahora te toca ayudar a escoger su nombre.

-Pero si es un abogado va a necesitar un nombre serio para presentarse. – Tu miras al vaso en tus manos, pensado si será muy obvia tu ansiedad por irte si ves la hora en tu celular.

-Pero si va a ser deportista Jonathan sería mejor, ¿no? - Matt, en un intento por romper el silencio que se había instaurado en la habitación. Claire hace un sonido de aprobación.

-Muy cierto, ¿ves Alfie? Hasta Matthew está cooperando ¿Qué pasa contigo? No creas que no me doy cuenta que estas incomodo.- Tu siguen es tu silencio, y esta vez si te atreves a sacar tu celular y mirar la hora. Mierda, ya casi eran las tres, lo que quería decir que si no se iban pronto se toparían con Joshua, y sinceramente no tienes ganas de verlo.- ¿Matthew, puedes darnos un minuto, por favor?- Matt asiente y se va a las escaleras, seguramente va a ir a tu habitación mientras ustedes hablan.- Ya estamos solos, ¿y bien? ¿tienes algo que decirme?

Tu celular vuelve a tu bolsillo y tu atención al vaso, te tensas y piensas que decir, pero tu mente esta en blanco y ningún sonido sale de tu boca. Tienen un nudo en la garganta. Tienes miedo. Tienes nervios. El solo pensar en la posibilidad de que tu temor a quedarte solo sea confirmado te paraliza.

-Nada.- Las palabras salen como un suspiro suave de tus labios, es apenas audible, pero por el silencio en la habitación Claire es capaz de escucharlo. Te mira incrédula, dándote unos minutos para que te expliques. Al no hacerlo ella vuelve a tomar la palabra.

-Solo dilo, Alfred, soy tu madre, no dejare de amarte por nada del mundo.- Al fin levantas la vista, te encuentras con sus ojos azules que te miran con tanto cariño que sientes como tus propios ojos se empañan. Parpadeas para desacerté del agua en ellos, no quieres llorar.

-Nada. - Repites, sin mucha convicción. - Solo que... - Te tomas un momento para pensar que decir. - Estoy muy feliz por ti-

Ella sonríe, tú le correspondes, llaman a Matthew para que se reúna con ustedes. Ambos se despiden de Claire, uno con más contacto que el otro, llegan a la puerta y por suerte no está Joshua afuera.

Vuelves a despedirte de tu madre agitando tu mano y evitas a toda costa la mirada de tu hermano.

No puedes mirarle a la cara.

Te sientes avergonzado.

Porque sabes que fuiste un cobarde.

La vida de adolescente de Arthur Kirkland. HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora