Parte 162

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¿Por qué será que cuando estamos más a gusto, más contentos y tranquilos nos llegan golpes emocionales?

Despertaste y de repente no tenías ganas de nada.

Matthew toco la puerta y el simple sonido producido por el golpe te hizo querer maldecir.

Sentías tus oídos sensibles y sentías una furia injustificada hirviendo bajo tu piel.

Y era tonto.

Matthew te recordó que era tu turno de lavar los trastes cuando volvieran y le gruñiste diciendo que ya lo sabias.

El bufo y se adelantó para no estar cerca de ti.

Te frustraste.

Pero comprendías que se alejara.

De vez en cuando te llegaban esos arranques de ira irracional que te convertían en una compañía nada recomendable.

Esto era tan estúpido, incluso estabas molesto contigo mismo por estar molesto.

Aprietas el puente de tu nariz, intentando calmarte.

A veces era tan horrendo ser joven. 

La vida de adolescente de Arthur Kirkland. HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora