Cap. 69

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... abrí los ojos y vi solo un techo blanco con una luz blanca, sentía dolor en mi cuerpo, principalmente en mis brazos y piernas, tenía una mascarilla transparente en la cara, realmente no podía mover nada de mi, intentaba hablar pero era inútil y mis ojos los sentía pesados.

Enfermera: doctor doctor ya despertó.

Doctor: Mariana por favor deja de intentar moverte - tomo la mascarilla que tenía en la cara y la quito - intentamos llamar a familiares tuyos pero no encontramos, puedes decirnos un número telefónico para comunicarnos con tu familia?.

Mariana: yo... que hago aquí?.

Doctor: tuviste un accidente de auto, por suerte llegamos a tiempo.

Mariana: Villamil? Donde está villamil - volteaba a ver a todos lados.

Doctor: el, el sigue en coma - solo sentí un peso encima - por favor ocupamos que nos diga un número telefónico.

Mariana: yo no soy de aquí.

Doctor: y conoce personas de aquí que le puedan ayudar?.

Mariana: isaza - de ahí le pasé el número de teléfono de Isaza.
Pasaron un par de horas y vi como alguien llegaba de golpe a mi habitación.

Isaza: Mariana, Dios santo que te pasó? Estás bien? Como te sientes? Que carajos pasó? - se puso a lado de mi camilla de rodillas.

Mariana: villa no despierta Isa - de mis ojos salió una pequeña lágrima.

Isaza: lo sé, los doctores me dijeron todo - tomo de mi mano - el va a estar bien Mariana, ahora preocúpate por ti.

De la nada vimos por los pasillos a Pedro, el representante de los chicos.

Pedro: gracias a dios estás bien - entro a mi habitación.

Mariana: quiero ir a ver a Villamil.

Pedro: no creo que eso sea posible.

Mariana: por favor, quiero ver cómo está.

Isaza y Pedro se voltearon a ver, no podían decirme un no por respuesta después de todo lo que había pasado.

Pedro: deja ver que puedo hacer - salió de la habitación buscando a una enfermera o incluso al doctor.

Isaza: los perros vienen en camino, traerán unas cosas para poder quedarnos esta noche con ustedes.

Mariana: gracias isaza.

Isaza: mientras iré a la cafetería por un poco de café - soltó mi mano que lo tenía sujeta todo este tiempo, salió del cuarto y de nuevo, quedé yo sola en esa habitación que todo era totalmente blanco.

Horas pasaron y no sabía nada de Villamil, solo veía por la puerta como enfermeras y doctores pasaban.

Enfermera: es la hora de cenar - llego con una bandeja de gelatinas.

Mariana: quiero ver a mi novio.

Enfermera: primero tienes que cenar.

Mariana: tengo todo el día esperando la autorización del doctor para que me dejaran ver a mi novio, quiero ver a mi novio por favor - me levante de la cama molesta y con lágrimas en los ojos.

Isaza: ey ey ey, tranquila Mariana - entró rápido a la habitación ya que escuchó gritos - acabo de hablar con el doctor y me dijo que mañana podrás verlo ahora come tú cena para que puedas descansar.

La enfermera sólo dejó la Bandeja en mi cama y salió del lugar, de ahí 2 chicos colombianos entraron.

Martín: hola - llego con un globo que decía "espero que te mejores".

Simón: como te sientes? - se acercaron a mi.

Mariana: mejor, solo lo que tengo son estas raspadas y morenotes en la piel.

Martín: esto es para ti - estiró el brazo para que tomara del globo.

Mariana: gracias marto - tome del globo pero enseguida Isaza lo tomo para poderlo amarrar a una esquina de mi camilla.

Simón: cómo está villa? - volteó a ver a isaza mientras el y su hermano se sentaban en unos sillones del cuarto.

Isaza: sigue en coma, el doctor no puede hacer nada ni nosotros más que esperar a que despierte.

Martín: Mariana, que fue lo qué pasó?.

Mariana: estábamos en un mirador bailando, todo era tan perfecto solos el y yo y la hermosa viste que teníamos, cuando nos fuimos del lugar el camino estaba oscuro, había muchas piedras y ramas en el camino, Villamil intentaba ir lo más lento posible pero era inútil, en una piedra Villa perdió el control y - al recortar esos momentos automáticamente mis ojos se volvieron cristalinos y lágrimas salieron - necesitó ver a Villamil - volteé a ver a los chicos, no podía no evitar llorar.

Isaza: tranquila - isaza fue el primero en abrazarme.

Simón: me parte el alma verte así - se acercó y tomó de mi mano y Martín hizo lo mismo.

Mariana: gracias por estar aquí chicos.

Martín: eres como nuestra hermana, vamos a estar para ti en todo momento.

Minutos pasaron y estaba demasiado cansada, me recosté en la cama y poco a poco mis ojos se cerraron provocando que cayera profundamente dormida...

Quédate aquí - Villamil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora