39||Una Broma A Los Merodeadores

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❝Un poco de calma antes de la tormenta❞


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Una broma a los merodeadores


Las semanas pasaban, Emmily a cada hora del día estaba comiendo algún dulce, algo que le parecía completamente divertido a Regulus.

Esa mañana estaban sentados en la mesa del Gran Comedor, Anna y Regulus reían de un comentario de la castaña cuando cientos de lechuzas entraron para dejar sus respectivas cosas a sus dueños. La lechuza de los Black de posó frente al menor de la familia y éste tomó la carta, la abrió mientras veía como se alejaba.

Emmily tomó una fresa y se giró para ver cómo su novio fruncía el ceño.

—¿Malas noticias?

Regulus negó con la cabeza y dejó la carta en la mesa.

—No —la miró—, pero se me hizo raro que mi madre te invitará a la casa en las vacaciones de pascua.

La castaña miró a su amiga, está tenía una ceja alzada por la sorpresa.

—Wow, eso no me lo esperaba —dijo la castaña regresando la vista a su novio.

—Ni yo, pero lo que quiere es que pases las vacaciones en la casa.

—¿Y para que me quiere tanto tiempo? —sonrió de lado— ¿Ya me extraña?

El pelinegro río por su comentario y se encogió de hombros.

—Quizás quiere conocerte más, yo que se.

—Bien, les mandare una carta a mis tíos.

Siguieron comiendo tranquilamente hasta que una fuerte explosión de colores interrumpió a toda la mesa de serpientes. Los más pequeños gritaron y todos los demás sólo tosieron tratando de esparcir el polvo de sus rostros.

—¿Pero que mierdas? —preguntó Emmily escuchando las risas de las demás casas. Una vez que el polvo se dispersó, todos en la mesa de Slytherin quedaron sorprendidos al ver que el color natural de su cabello había cambiado de color—. Anna, tu cabello es rosa —dijo entre risas.

—Y el tuyo es amarillo. —Ambas miraron a Regulus que aun tosía y Emmily se tapó la boca para evitar soltar una carcajada—. Definitivamente no te queda en naranja.

Regulus tomó la charola para verse y definitivamente y color naranja no le quedaba. Se giró para ver a Emmily que seguía riendo— ¿Ya acabaste de burlarte? —preguntó divertido.

—Ya me calmo —sus ojos se dirigieron a la mesa de los leones y se detuvieron en su primo que no paraba de reír, entonces recordó que él junto a sus amigos eran los que se encargaban de las bromas de ese tipo y más a los de su casa—. Saben, esto no se quedará así.

—¿A qué te refieres? —preguntó Anna tratando de quitar el resto de polvo de su túnica.

—Que mi primito no debió de hacer esto, y mucho menos estando yo presente.

Los otros dos se miraron y Regulus preguntó:

—¿Qué vas a hacer?

—Ya lo verán.

Después de que su cabello regresó a su color natural, cada estudiante fue a sus clases. Al día siguiente todos seguían hablando de lo sucedido en el Gran Comedor, los Slytherin temían que volviera a pasar y Regulus se seguía preguntando qué es lo que tramaba su novia y sólo esperaba que hiciera lo que hiciera, no la atraparan y castigará.

A la hora de la comida, cuando los merodeadores pusieron un pie fuera del Gran Comedor, una enorme cantidad de una sustancia viscosa de color naranja cayó encima de ellos, cubriendo sus cuerpos por completo para después sentir como una gran cantidad de objetos eran lanzados en su dirección, muchos de estos eran pesados, algunos bastantes suaves, pero el último fue el peor de ellos. En el momento en que una pequeña bola de color negro impacto contra sus cuerpos, una gran cantidad de brillantina encantada los cubrió por completo, estallando al instante. La brillantina comenzó a chillar al momento en que se impregnaba en su piel.

Escucharon las risas de las personas a su alrededor y trataron de quitar aquella sustancia de sus ojos. Después de limpiar sus lentes, James pudo ver entre la multitud de personas que reían a su prima recargada en la pared con los brazos cruzados y una sonrisa divertida apareció en los labios del Gryffindor mientras negaba con la cabeza, divertido.

—¿Cómo conseguiste las cosas para hacer eso? —preguntó Regulus qué estaba parado a su lado observando todo. La castaña se giró para verlo y se encogió de hombros.

—Un regalo de cumpleaños —el ojigris frunció el ceño—, en la caja que me mandaron mis amigos venía un pequeño pero práctico kit de bromas escondido entre los dulces.

—Ni siquiera preguntaré siya lo habías hecho antes —pasó un brazo por sus bomberos y ambos rieron cuandoSirius cayó al suelo tratando de caminar. Después de que la profesoraMcgonagall apareciera y arreglara aquello, todos siguieron su camino para tomarlas clases, preguntándose quién había sido la o él responsable de aquella bromahecha a los bromistas de Hogwarts.


Toujours Pur

𝙉𝙚𝙭𝙩 𝙩𝙤 𝙮𝙤𝙪 // 𝙍𝙚𝙜𝙪𝙡𝙪𝙨 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 (𝘗𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳𝘢 𝘗𝘢𝘳𝘵𝘦) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora