(Corregida)
Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos.
La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.
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De regreso a casa
No supieron en qué momento pasó, pero ya estaban haciendo los exámenes finales, eso significaba que pronto acabaría el año escolar y entonces sí, Regulus se enfrentaría a lo desconocido. Pero intento no pensar en eso, puso toda su concentración en los exámenes o en el último partido, que fue contra Gryffindor, por desgracia para las serpientes, los leones ganaron, llevándose la copa de Quidditch al igual que la copa de las casas.
Regulus, que estaba sentado desde del otro lado de la sala común jugando con Mulciber al ajedrez, observaba a la castaña, que platicaba con Anna y Susan en los sillones, y aunque parecía que prestaba atención, sabía que tenía su mente en otro lado. Suspiro y volvió a poner toda su atención al juego.
La chica Potter parpadeo, llevando su vista a las mesas del fondo, viendo a su novio jugar, antes de regresar sus ojos a su amiga y la prefecta de su casa. Esa era la ultima noche que pasaban en el castillo antes de regresar a sus casas.
—¿Alguien ha visto a Ester? —preguntó de pronto la pelinegra viendo por toda la sala— Desde el almuerzo que no la veo.
—Ni idea —contestó Emmily dejándose caer hacia atrás en el sillón, cerrando los ojos.
—¿Por qué tu y Ester ya no se hablan como antes?
Emmily suspiro y, sin abrir los ojos, le respondió.
—¿Qué no te lo dijo? La muy descarada estaba coqueteando con mi novio —está vez si abrió los ojos y la miró— ¿Tú le seguirías hablando?
—La verdad... no.
Susan parecía estar sorprendida por aquello, aunque sabía que su amiga no se iba a quedar de brazos cruzados sin haber intentado convencer al menor de los Black de que la escogiera a ella antes de a la castaña, quizás, hasta ella misma hubiera hecho lo mismo ¿Qué mejor que Regulus se relacionara de esa manera con una Bulstrode o con una Avery que con una Potter? Era mil veces mejor que a que se quedara con una traidora a la sangre, pero Susan no era ciega y podía ver que Regulus ya no voltearía a ver a nadie que fuera a Emmily.
—Sé que es más que obvio que a la mayoría de aquí a querido tener la atención de Regulus —continuó la prefecta—, y me voy a oír mal, pero incluso yo lo intente, pero, por favor —soltó un bufido, casi parecido a una risa—, ya todas vimos que a Regulus no le interesa nadie más que no seas tú.
