(Corregida)
Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos.
La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.
❝Tenemos que aprender de lo malo, comenzar a pasar página para luego seguir adelante❞
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Escondernos por un tiempo
Después de que Lily los regañara, las convencieron a las dos, en especial a la pelirroja que se unieran con ellos. Claro que Emmily no dijo que no, necesitaba olvidarse un poco de lo que había pasado y lo que vendría adelante.
Así que hay estaban los seis, sentados en el suelo de la sala de los Potter, entre risas, pláticas y humo. Regulus debía admitir que no se había divierto tanto como en ese momento y no había visto a Emmily reír como lo hacía a su lado.
Todos se quedaron callados cuando una bola de luz plateada entró y aterrizó en medio de la sala, para después transformarse en un hermoso fénix y de este saliera la voz del director de Hogwarts.
—Me gustaría llegar en este preciso momento —comenzó a decir la voz de Dumbledore, siendo escuchado por todos—, pero me temo que no podré llegar hasta después de las doce de la tarde. Mientras tanto estén alerta y que ninguno de los dos se vaya hasta que yo llegue, por favor.
El patronus de Dumbledore se disolvió en el aire, dejando un silencio que Emmily decidió romper.
—Por mí, me quedaba aquí para siempre —dijo mientras le daba otra calada al cigarro. Estaba completamente acostada en el suelo, viendo hacia el techo y soltaba pequeñas risas de vez en cuando.
—Creo que es mejor que vayamos a dormir todos —dijo Lily poniéndose de pie y agarrándose del sillón al sentir el mareo—, no creo que sea buena idea recibir a Dumbledore drogados.
—No, claro que no. Que diría si viera a sus dos prefectos perfectos en estas condiciones. Que digo dos, tres prefectos perfectos —dijo Sirius viendo a su hermano, Lily y Remus, los tres rodaron los ojos mientras los primos Potter reían.
—Saben que —Emmily se puso de pie y caminó al sillón—, yo quiero dormir aquí, es cómodo el sillón —se dejó caer en el—, es tan cómodo. Regulus, lo has tocado, es super suave —soltó una risa mientras acariciaba el sillón.
—Creo que es la primera vez de Emmily probando esto —comentó Remus viendo divertido a la castaña—. No debiste darle uno solo a ella, Sirius.
—Apoyo a Lupin —agregó Regulus viendo a su novia igual con diversión—, no debiste dárselo Sirius.
—Oh, vamos. Necesitaba olvidarse de todo, así no me echen toda la culpa —se defendió el mayor de los Black, cruzando se de brazos.
Después de un rato, donde intentaron llevar a Emmily a una habitación, fallando en el intento, James la tapó viendo que ya se había quedado profundamente dormida. Regulus, negándose a dejarla sola, se acostó en el otro sillón, quedando dormido al instante. Realmente se sentían cansados y gracias a la poción que James había echado en el té de cada uno, durmieron sin tener ningún sueño.
