(Corregida)
Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos.
La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.
❝Los pequeños detalles de los que amas, son los más grandes recuerdos que duran para siempre❞
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¡Feliz cumpleaños!
El 25 de febrero llegó y cuando Emmily abrió los ojos, lo primero que vio fue un ramo de rosas blancas a sus pies, sonrió ampliamente y tomó la nota que estaba a un lado.
"Ve a la biblioteca a las nueve"
Observo su reloj y noto que eran las ocho, así que se levantó, hizo aparecer un florero con agua y puso las flores, que olían de maravilla, dentro de él para que se mantuvieran frescas. Se metió a bañar y se cambió, poniéndose un vestido sencillo y algo corto.
Una vez que estuvo lista, salió de la sala común y se dirigió a la biblioteca. Era fin de semana, así que no había muchos en los pasillos a esa hora. Llegó a la biblioteca, pero no había nadie, solo una caja de chocolates sobre una de las primeras mesas, así como una nota que decía su nombre. Se acercó observando a su alrededor sin ver a nadie más y tomó la nota para leer lo que había dentro.
"Pálida es mi cara, pero muy hermosa, a veces de tarde se me ve borrosa, en cambio de noche brillo como ninguna, sobre el mar, sobre el río o sobre la laguna."
Emmily función el ceño sin entender muy bien, aunque en las orillas de la nota estaban dibujadas unas estrellas, por lo que pensó que eran parte del acertijo o una especie de pista. Cerró los ojos repasando las palabras que había leído.
—¿La luna? —preguntó al aire y abrió los ojos, viendo la nota y ver como las palabras habían desaparecido y otras se estaban escribiendo.
"ve a la torre de astronomía"
Tomó su caja de chocolates y salió de la biblioteca en dirección a la torre. Nunca antes le habían hecho algo así. Sus amigas siempre las despertaban con almohadazos o al llegar al comedor la recibían con una pastel y abrazos de parte de todos, claro, sin olvidar los regalos que casi siempre eran dulces o accesorios.
Comenzó a subir las escaleras sintiendo un cosquilleo en su estómago, pensando que es lo que le esperaba arriba. Al llegar, abrió la puerta y lo primero que vio fue una larga mesa, no pudo ver bien que había encima de esta ya que confeti, globos y papelitos de colores cayeron encima suyo mientras escuchaba más de tres voces gritar al mismo tiempo:
—¡Felicidades!
Abrió los ojos viendo como su primo se acercaba a ella para darle un fuerte abrazo.
