(Corregida)
Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos.
La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.
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Ataque en Hogsmeade
—Sin duda alguna, mi hermano es un idiota —dijo Sirius viendo a la castaña frente a él.
Era fin de semana y la primera salida a Hogsmeade del año había llegado. Emmily había rechazado la invitación de Anna de ir con ellas al pueblo, pero cuando iba saliendo del Gran Comedor, con la intención de ir a su habitación, se encontró a su primo y los amigos de este y, literal, la habían arrastrado con ellos hasta que entraron a las Tres Escobas.
—Sirius, puedes dejar de decir eso, por Merlín —Lily rodó los ojos y puso estos en la prima de su novio— Pero ¿tú como te sientes?
Emmily se encogió de hombros mientras dejaba su bebida en la mesa, había hablado un poco referente a ese tema con Anna, con quien, desde un inició se había llevado mejor, pues no sentía la misma mala vibra que con las otras dos, y la rubia le había hecho la misma pregunta, pero no fue de todo sincera con ella como lo quería ser ahora con Lily.
—Pues no sé, es que... realmente me enamore de él y creo que no entendió cuando... —se detuvo, no quería decir nada sobre el asunto de que se uniría a los Mortifagos, prefería reservárselo para ella—. El punto es que ya acabo esto, para bien o para mal.
—Pero, ¿En serio alguien se puede enamorar tan rápido de una persona que acaba de conocer?
—Sirius, que tu no te enamores de alguien que no seas tú, no significa que los demás sean así —contestó Remus viendo a su amigo, que solo rodó lo ojos con algo de fastidio, a lo que Marlene se río por eso—. Algunas veces es difícil admitir que estas enamorado de esa persona, tenemos a Lily como ejemplo de eso —la señaló provocando que la pelirroja se cruzará de brazos—, negando su amor por James hasta que decidió abrir los ojos.
—Ósea, eso sí lo entiendo, pero, Emmily, apenas llevabas aquí unas semanas y te enamoraste de él ¿por qué?
—Son esas cosas que no tienen explicación, Sirius —contestó de manera pensativa—. Les voy a decir algo y por favor, no hagan burla de esto, pero la primera vez que lo vi en el tren, cuando vi sus ojos sentí algo diferente, como si lo conociera de toda la vida, después comenzamos a convivir más, comenzaba a sentirme cómo me siento estando con mis amigos, en confianza y, bueno, pasó.
—Pero si él y yo tenemos el mismo color de ojos —Sirius frunció el ceño— ¿Por qué no sentiste eso conmigo?
La castaña soltó una risa divertida por la insistencia del pelinegro con ese tema y por la cara de fastidio de la rubia y pelirroja al escucharlo. Emmily solo se encogió de hombros.
