(Corregida)
Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos.
La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.
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Vacaciones de pascua
Si los Muggles entrarán a la antigua casa de los Black, su primer pensamiento sería que estaba embrujada.
Y ese fue el primer pensamiento de Emmily la primera vez que estuvo ahí, las paredes con colores oscuros, las cabezas de los elfos colgadas en la pared de las escaleras, cada detalle, cada decoración, daba ese aspecto. Pero también daba un aspecto antiguo y elegante.
Había hablado con sus tíos y primo, que pasaría las vacaciones de pascua con los Black. A James y Sirius no les gustó la idea, pero al ver que no podían hacer cambiar de idea a la castaña sólo le aconsejaron que tuviera cuidado, que pensará bien las cosas antes de tomar una decisión y que, si pasaba algo, no dudará en irse a la casa de los Potter. Emmily pensaba que estaban exagerando mucho, pero no estaban muy lejos de la realidad.
Cuando llegó a la casa fue recibida por la pequeña sonrisa de Orión, Walburga solo la miró y saludo con su habitual frialdad. Solo serían dos semanas, pero serían las dos semanas más entretenidas para todos.
Estuvieron hablado sobre la relación de Regulus y Emmily, el cómo era en la escuela, la castaña le contó todo menos la broma que le había hecho a su primo y amigos.
—Y dime Emmily ¿Piensas casarte? ¿Tener hijos? —preguntó de pronto la mujer de cabellos negros sin ver a la joven.
Aquellas preguntas sorprendieron a ambos jóvenes, Emmily se atraganto con el jugo de calabaza que estaba tomando y Regulus sintió sus mejillas arder.
—Madre ¿Por qué preguntas eso?
—Sólo son dos preguntas, no estoy diciendo que si se va a casar y tener hijos contigo.
—Y si la respuesta es si —dijo Emmily una vez que recuperó la respiración—. Si sí pienso casarme y tener hijos con su hijo ¿Usted lo aceptaría?
Orión y Regulus compartieron una mirada sorprendidos, después dirigieron sus ojos a las dos mujeres que se mantenían la mirada. Walburga respiro profundo, ese arrebato de parte de la joven le sorprendió; actualmente solo Cygnus y Orión eran los que le hablaban así, pero debía admitir que tenía valentía por hacerlo, ya que ni sus propias sobrinas le soportaban la mirada.
—Pues no estaría muy contenta que se casará y que mis nietos tuvieran sangre Potter —hizo una mueca de disgusto y dirigió sus ojos a su hijo—, pero al menos seguirán siendo sangre pura y el apellido Black no se perdería.
Después de aquella plática, Regulus la guio a la habitación donde se quedaría, estaba a un lado de la suya y al entrar, Emmily pudo ver que las paredes eran de color verde, plateado y negro, como todas las demás paredes, la cama estaba en el centro, a ambos lados había mesitas de noche con una lámpara en cada una, la ventana dejaba ver el pequeño parque que había frente a la casa.
—¿Toda la casa está pintada con estos colores?
Regulus, que estaba abriendo la ventana se giró para verla.
—Sí, bueno... toda menos la habitación que era de Sirius —se encogió de hombros, pero ya no dijo nada más, volvió a observar por la ventana.
Emmily se acercó a él y lo abrazo por detrás mientras recargaba su mentón en el hombro del pelinegro, ambos observaban como las personas caminaban con tranquilidad y los niños corrían a los juegos.
—Sabes, jamás me imagine estar así —habló la castaña después de un rato en silencio.
—¿Cómo?
—Pasando las vacaciones en la casa de mi novio —dijo como si fuera lo más obvio—. Siempre dije que... eso del amor, relaciones y cursilerías no iban conmigo, y más después de lo que pasó con Fallen... Pero todo puede cambiar ¿no?
—Como decía Andrómeda, a veces las cosas cambian para bien —se giró para verla a los ojos y le sonrió— y me gusta como están cambiando las cosas en mi vida.
Regulus se inclinó para besar sus labios y la acercó más hacia él mientras Emmily lo abrazaba por el cuello. Estuvieron así un rato hasta que el toque de la puerta los interrumpió, se giraron y vieron a Orión que trataba de ocultar una sonrisa cuando las mejillas de ambos se tornaron rojizas y se separaron casi de un salto.
—Llegó una carta de Lucius —dijo mostrando la carta—, mañana habrá... habrá una reunión en su casa.
Regulus asintió, tratando de no soltar un suspiro.
—De acuerdo, padre.
El hombre se alejó, dejando a ambos solos de nuevo. Regulus se sentó en la orilla de la cama y se pasó una mano por la cara sabiendo para que sería esa reunión y ahora entendía porque su madre pidió que Emmily estuviera con ellos.
—¿Esa reunión es para lo que creo que es? —preguntó Emmily parándose frente a él. El pelinegro asintió sin querer negarle nada y la castaña lo miró—. Contéstame una pregunta y con la verdad —Regulus la miró a los ojos— ¿Qué es lo que realmente quieres? Por es evidente que esto de unirte a ellos es cosa de tus padres.
Regulus se quedó callado, pues no esperaba esa pregunta y por más que busco una respuesta, negó con la cabeza.
—No lo sé.
Emmily se sentó a su lado y tomó sus manos.
—Tienes que saberlo, dime, ¿Qué es lo que Regulus Arcturus Black quiere? ¿Qué es lo que deseas hacer?
—En serio, no se. Jamás me puse a pensar en eso, siempre mis padres han toma decisiones por nosotros —frunció el ceño al escuchar bien esas palabras e hizo una mueca—. Quizás por eso Sirius se fue ¿no?
—Quizás, pero ahora estamos hablando de ti, no de Sirius, ni de tus padres.
Se lo pensó. «¿Qué es lo que realmentequiero?» Esa pregunta jamás se la había hecho y ahora estaría pensandoen ello.
