(Corregida)
Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos.
La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.
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Respuesta de la Suegra
Los días pasaban y Emmily esperaba la contestación de su carta y aunque no lo demostrará, estaba nerviosa, pues ya había tardado en responder. Regulus insistía en qué le dijera que le escribió, pero ella solo le dijo que le diría hasta que leyera la respuesta de la mujer.
Un día después de hablar con su primo, este y sus amigos le hicieron una broma a Snape: le llenaron de un líquido amarillo que olía mal, parecía viscoso y difícil de quitar, más aparte, al darse vuelta por el pasillo para irse a quitar eso, varias plumas cayeron de, sabrá Merlín donde. Todos reían a más no poder, entre ellos Emmily que se ganó una mala mirada de Regulus que trataba de mantenerse serio muy a su pesar. Aún no sabía cómo es que James y sus amigos se habían librado de un castigo, puede ser que aparentaban ya haber dejado las bromas y eso les ayudó, y definitivamente les agradeció por esa pequeña ayuda.
Aquella tarde estaba sentada con Ester y Susan en el Gran Comedor, platicaba de cosas triviales y esperando a que Anna llegara, cuando James se detuvo frente a ellas, ganándose malas miradas por parte de los demás de la mesa, cosa que no le importo al azabache, solo se concentró en su prima.
—Te llegó esto Emmy —le enseño un sobre amarillento y Emmily extendió la mano para tomarlo.
—No lo leíste ¿o sí?
—No, pero espero que me cuentes como te fue —le giñó un ojo y después de que la castaña le asegurara que le contaría, se dio media vuelta y salió del Gran Comedor.
Emmily leyó el nombre de Walburga Black, escrito en una elegante y fina letra y abrió el sobre bajo la atenta mirada de sus amigas, que estaban llenas de curiosidad por saber que era lo que la Señora Black tenía que decir a ella.
Emmily Potter.
No esperaba que me escribieras y mucho menos que me pidieras hablar con nosotros para "aclaras algunas cosas". Realmente no sé qué quieres aclarar, pero, aun así, haré una excepción hacia ti, solo por el simple hecho de atreverte a escribirme. Te espero el veintidós de diciembre en el número 12 de Grimmauld Place a las dos de la tarde, supongo que estás viviendo con Euphemia y Fleamont y también supongo que Sirius esta con ustedes, así que él te puede decir exactamente dónde queda la casa por si no conoces el lugar, si es que eso puede hacer bien claro está.
Y repito, no sé qué quieras aclarar, pero una cosa si te digo, no pienso permitir que tu presencia afecte la vida de Regulus como la de tu primo lo hizo con Sirius.
Hasta entonces...
Walburga Black.
Emmily respiro profundo ante lo último que escribió Walburga, «Pero ¿Quién se cree esta señora para hablar así de mi primo?» pensó con enfado y al alzar la vista de la carta y vio a Ester y Susan mirarla con una ceja alzada.
—Ahora hasta con la señora Black te escribes, sí que llevas las cosas muy en serio con Regulus —comentó Susan con una falsa sonrisa. Emmily puso una igual.
—Pues ya ven, en estas vacaciones tendré una... comida con mis suegros.
—Interesante —murmuró Susan queriendo sonar lo más natural posible.
—Sabes, he visto en las fiestas que organizan los Malfoy para noche buena que la señora Black es algo...estricta —comentó Ester en voz baja, como si fuera un secreto que no debía ser contado.
—Bueno, ya lo descubriré en vacaciones. —Sin querer soportar más sus comentarios y miradas, se puso de pie—. Me tengo que ir, se me olvido que tengo que hacer algo.
Sin más tomó sus cosas y salió del Gran Comedor, «malditas hipócritas». Caminaba por los pasillos aun pensando en lo que le escribió Walburga. «Ya lo veras Walburga, te sorprenderá saber que no soy como tú crees».
Llegó a la torre de Astronomía, necesitaba calmar su mente, aclarar sus ideas. ¿Qué pensaría su madre si se enterara de lo que estaba haciendo por un chico? Bueno, tal vez le regañaría, recordándole que ellos debían de buscar la manera de ser "aceptados", pero también le felicitaría por no dejarse y no dejar que le aparten de lo que más quiere o la juzguen sin conocerla primero.
Miró hacia el cielo y soltó un suspiro, sentándose en la orilla de la ventana, observando el bosque y los pájaros que salían volando de los árboles. No se dio cuenta de cuánto tiempo estuvo hay, mirando a la nada, sintiendo el aire frío acariciarle el rostro, hasta que escuchó unos pasos atrás, se giró para encontrarse con esos ojos grises que le hacían acelerar el corazón.
—Como que se está volviendo tu lugar favorito ¿no? —dijo el menor de los Black con los brazos cruzados y media sonrisa.
—Puede que sí. —Emmily también sonrió y se encogió de hombros.
Miró hacia abajo y después de asegurarse que no hubiera nadie afuera, se puso de pie en la orilla, haciendo que el joven diera un paso hacia adelante con expresión preocupada.
—Te dije que poco a poco te diría mis secretos ¿no es así?
—Sí, pero... primero baja de ahí.
Emmily sonrió aún más e inclinó un poco la cabeza hacía un lado.
—¿Te preocupa que me caiga?
—Claro que sí, ahora... ¡No! —exclamó al ver a la joven dejarse caer hacia atrás sin dudarlo o sin miedo. Corrió hacía la ventana, pero quedo algo confundido al no ver ningún rastro de ella, en su lugar vio un cuervo que volaba hacia arriba y se quedaba a la misma altura que Regulus. El pelinegro frunció el ceño al ver que los ojos del ave eran exactamente igual a los de su novia— ¿Emmily?
El ave voló hacia dentro de la torre y en un cerrar y abrir de ojos la castaña estaba parada frente a él, acomodando su uniforme con una enorme sonrisa.
—¿Te gustó el pequeño truco de magia? —preguntó con diversión.
—Quitando el hecho de que casi me matas de un infarto, si —la joven soltó una carcajada contagiando al pelinegro—. Pero ¿desde cuando eres animaga? Y supongo que si estas registrada ¿no?
Ambos comenzaron a bajar las escaleras para ir a cenar.
—Desde mi quito año, y sí, lo estoy. —entrelazó su brazo con el de su novio—. El Magicongreso es algo más estricto que el Ministerio de aquí, les gusta tener todo en orden para evitar que nuestro secreto sea revelado a los nomaj —cerro por un momento los ojos, recordando que ese término no lo ocupaban en ese continente—. Muggles.
—¿Alguien más sabe de esto?
—Solo mis tíos, James y Sirius y ahora tu. Aunque no me importa mucho si alguien más se entera, pero si me gusta más que sea como algo que solo yo puedo tener, así que esto se quede entre nosotros ¿vale?
—Me parece bien. —Le rodeo los hombros con subrazo—. Tu no dejas de sorprenderme —beso su mejilla y siguieron caminandomientras el pelinegro le preguntaba sobre el proceso para volverse animago,cuestionando en que animal se transformaría él si se atreviera a hacerlo.
