(Corregida)
Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos.
La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.
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Ojos grises
El primero de septiembre llegó antes de lo esperado, y después de despedidas y consejos, ya todos estaban en el expreso. James y Emmily caminaban por el pasillo del tren en busca de los amigos del primero. Emmily veía por las puertas de los compartimentos a los demás, algunos ya llevaban el uniforme puesto, otros reían y algunos se veían nerviosos, estos eran los de primer año.
—Entonces Emmy, ¿En qué casa te gustaría estar? —preguntó de repente James dándole una mirada por encima del hombro.
—Ya te lo dije, no me interesa, me da igual —se encogió de hombros, aunque su primo ya no la estaba mirando—, aunque me agradaría estar en Ravenclaw, se parece más a mi antigua casa.
—¿Cuál me dijiste que era?
—Serpiente Cuernuda —contestó ella recordando cuando entró al colegio y la ceremonia de elección, esos nervios que sintió, no sabía si los sentiría cuando le toque ponerse el sombrero.
—¡Aja! —expresó James abriendo la puerta de un compartimento— Por fin los encuentro.
—Creímos que nos habíamos librado de ti este año —comentó con burla un chico de cabello castaño y cicatrices en el rostro, que se fijó en Emmily cuando entró detrás de James.
—Chicos ella es mi prima, Emmily. Emmily ellos son Remus y Peter— los aludidos la saludaron con la mano.
—Un gusto Emmily —dijo Remus regalándole una sonrisa amable y poniéndose de pie—. James, tenemos que ir al compartimento de Prefectos.
—¿Y yo por qué? —pregunto el azabache ayudando a su prima a subir su baúl y mirando a su amigo con el ceño fruncido.
—Porque eres el premio anual —contestó como si fuera lo obvio, pero al ver que James alzó una ceja preguntando, señaló a Sirius—. Nos lo dijo, sabes que no se puede quedar callado tan fácil.
—¡Oye! —exclamó Sirius, pero nadie le hizo caso.
—Y hablando de eso, ¿Quién es la premio anual?
—Quién más va hacer —contestó Peter con una sonrisa divertida— tu querida Lily Evans.
Emmily vio como su primo sonreía tontamente y la mirada le brillaba.
—Mi linda flor —soltó un suspiro soñador y miro a sus amigos y prima, que lo miraba como si le hubiera salido un cuerno en la frente—. No sean malos y háganle compañía a mi prima en lo que regreso. Gracias. —Se despidió James caminando por el lado contrarío del pasillo.
