❝Las historias que nos contaban de niños, se convirtieron en realidad❞
Recuerdo
Para los celtas, dos seres que se aman profunda e incondicionalmente son aquellas que nacieron de un alma única, que se separaron por orden de las deidades celtas en los comienzos de la vida para así seguir dividiéndose y poblar al mundo de almas. Así, de un alma nacieron dos, de esas dos cuatro de esas cuatro dieciséis y así sucesivamente. A dos almas que nacieron de una, se las llaman "Almas gemelas".
Dice la leyenda, que las almas que se desprenden sienten el dolor de desarraigo y la pena, pues esas almas nacieron juntas y aprendieron a amarse; sin embargo, esa pena no es en vano, ya que las diosas de la vida celta les enseñan así a superar los escollos a lo largo de la historia en la Tierra.
Cada alma separada aprende su camino por si sola y dependerá de él absorber las enseñanzas más tarde o más temprano. Cuanto más aprenda, experimente y crezca un alma, más cerca de la divinidad estará.
Pero también se cuenta, que las almas gemelas, en cada vida que pasan por la tierra, se buscan para encontrarse y ver si aprendieron lo suficiente como para merecer vivir nuevamente juntas.
A veces se encuentran efímeramente en un instante de una vida, casi desapercibidamente, dejando enseñanzas para ambos que puede valorarse más adelante en cada una de sus vidas particulares. Otras se quedan unidas definitivamente, siendo el estado ideal para las almas y en otras ocasiones pueden no encontrarse en una vida o en varias.
Todo depende de lo que aprendió cada alma, pues todo sirve. Además, todo esto escapa de la conciencia del ser humano.
De todas maneras, para el celta existe una manera muy sutil de descubrir si encuentra a su alma gemela: Se dice qué a los ojos del alma noble, del que sabe ver con amor, vislumbra una llama azulada violácea sobre el hombro izquierdo de su alma gemela, del lado del corazón.
Solo verá esa llama en la persona de su alma gemela y no en ninguna otra y solo lo encontrará una sola vez en una vida.
Terminó de leer la mujer de edad avanzada y cabellos blancos cerró el libro y levantó la vista para ver a los cinco niños que estaban sentados en el suelo, escuchando con atención aquellas palabras.
—Eso es... romántico —dijo la pequeña Dayana Shaw de cinco años, soltando un suspiro al igual que Monse Caster a su lado. Del otro lado, donde estaban sentadas Helen Devellirs y Emmily Potter, solo rodaron los ojos con cierta diversión.
—Quisiera encontrar a mi alma gemela —añadió Monse jugando con un mechón de su cabello.
—Pobre del que sea tu alma gemela —dijo Tulio burlándose de su hermana menor—, tendrá que ser ciego.
—No seas grosero Tulio —le regaño Liseth Devellirs viendo al niño, dejó en la mesa que tenía a un lado—. Todos, sin excepción alguna, encontrarán a sus almas gemelas, tarde o temprano lo harán.
—¿Y si no pasa? —cuestionó Emmily viendo a la mujer frente a ella— Digo, ¿Qué tan seguro es que en esta vida encontremos nuestras almas gemelas? Lo que nos acaba de leer dice que pueden pasar muchas vidas antes de encontrar a tu alma gemela y a veces ni se encuentran.
—A ti no se te escapa nada, Emm —la mujer de cabellos blancos sonrió— pero, ¿Te has puesto a pensar que quizás ya pasaron más vidas antes de esta y que quizás en está si encuentres a tu alma gemela?
—¿Pero para que queremos encontrar a nuestras almas gemelas? Sería una pérdida de tiempo el estar buscándolas.
Todos la observaban y solo Helen Devellirs asentía con la cabeza, afirmando las palabras de su mejor amiga.
—Te lo aseguro, Emm, que esa persona que sea tu alma gemela llegará a tu vida sin la necesidad de buscarla, y se los digo a todos —recorrió con sus ojos verdes a los seis niños—, cuando menos lo esperen o cuando más necesiten de su compañía, aparecerá en sus caminos.
—Abuela, eso es muy cursi —dijo Helen con una mueca de desagrado.
—A ver si dices lo mismo cuando lo encuentres —habló Carlos Archer, que se había mantenido callado hasta ese momento, observaba a amiga y le sonrió ampliamente—. Te apuesto diez Dragots a que cuando llegue ese día, serás la más emocionada de todos aquí presentes.
—Eso jamás pasará, Carlos.
—Por supuesto que no pasará, nosotras seremos las únicas que no tengamos pareja y vamos a disfrutar de la vida al máximo —dijo Emmily pasando un brazo por los hombros de su amiga.
—Ustedes dos serán las primeras en casarse, eso es seguro —añadió Marcos, que gateo para quedar detrás de su hermana y amiga remover su cabello, aun sabiendo que eso les molestaba.
—¡Agghh! ¡Que no hagas eso Marcos! —gritó Helen dándose la vuelta para encarar a su hermano mellizo.
—Pagarás por eso —Emmily fue la primera en llevar sus manos al cuerpo del pelinegro para comenzar a hacerle cosquillas.
Entre risas, Dayana, Monse y Carlos se unieron para tratar de salvar a Marcos de aquella tortura mientras que Tulio solo reía desde su lugar. Minutos después los seis comenzaron una pequeña guerra con algunas almohadas que habían llevado a la sala de estar que había en la biblioteca de la mansión Devellirs.
Madame Devellirs había salido en el momento que su nieta y la castaña comenzaron a hacerle cosquillas a Marcos con una sonrisa en su rostro, pues sabía que ya no le harían caso. Después de un rato los señores Devellirs y Eider Potter llegaron a la biblioteca con cobijas, ya que sabían que los jóvenes habían caído rendidos después de una tarde de juegos y risas.
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—Emmily ¿Estás bien? —preguntó Regulus viendo a su novia.
Ambos estaban sentados cercas del lago negro. El pelinegro tenía la cabeza sobre sus piernas mientras la castaña tenía la espalda recargada en el tronco observando el lago mientras acariciaba el cabello de su novio distraídamente.
—Si estoy bien... solo que estaba recordando un momento con mis amigos —sonrió y observó sus ojos grises y esa sonrisa que adoraba ver. Soltó un suspiro antes de volver a poner atención a lo que su novio estaba leyendo.
«Hay, Madame Devellirs, si me viera ahora, mediría "te lo dije"» pensó recordando a la mujer que quería como si fuera su abuela.
Toujours Pur
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𝙉𝙚𝙭𝙩 𝙩𝙤 𝙮𝙤𝙪 // 𝙍𝙚𝙜𝙪𝙡𝙪𝙨 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 (𝘗𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳𝘢 𝘗𝘢𝘳𝘵𝘦) ✔️
Fanfiction(Corregida) Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos. La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.