(Corregida)
Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos.
La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.
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Cambiemos el destino
—Regulus, quería enseñarte algo que... —Emmily se quedó callada cuando entró a la habitación del pelinegro, este cerró la puerta, bloqueándola y poniendo un hechizo para que nadie los escuchara hablar. Había cientos de recortes de viejos diarios, algunos pegados en la cabecera de la cama o en la pared, otros sobre la cama—. Realmente te estás tomando muy en serio esto de saber la verdad sobre el Señor Tenebroso.
—Pues sí, en estos momentos, creo que es lo más enserio en lo que puedo pensar —la abrazo por detrás, observando el libro por encima del hombro— ¿Qué descubriste?
Emmily abrió el libro y se lo enseño.
—Es que antes no había oído hablar sobre esto —señaló el título de la lectura en el libro—, y a pensar que el Señor Arche nos habló sobre toda la magia oscura, jamás menciono algo sobre los Horrocrux.
—Ni yo había oído hablar sobre ello —Regulus frunció el ceño, tratando de recordar si en algún momento su padre o tío le habían hablado sobre eso— ¿Y que dice?
—Un Horrocrux es un objeto muy poderoso en el que un mago o bruja ha ocultado un fragmento de su alma con el propósito de alcanzar la inmortalidad —comenzó a leer, siendo atentamente escuchada por el pelinegro—. La creación de un único Horrocrux permite adquirir la capacidad de resucitarse a sí mismo si su cuerpo es destruido, sin embargo, la creación de Horrocruxes múltiples permite ser inmortal —Regulus soltó a Emmily y camina hacia su cama, buscando entre los recortes— ¿Qué buscas?
—Esto —tomó uno que parecía más viejo que otros—, aquí le hicieron una entrevista a un hombre que dice que fue un viejo compañero de escuela dos días antes de que lo encontrarán muerto en su casa junto a su esposa e hijos —explicó—, aquí dice que, en uno de sus días en el colegio, logró escuchar la conversación que tenía con uno de sus más allegados amigos, donde decía que quería encontrar la manera de buscar la inmortalidad.
—¿Y ese tipo no dijo cuál es el verdadero nombre del Señor Tenebroso?
—Por desgracias no, tenía mucho miedo para decir algo más que eso —soltó un suspiro—, al final terminaron matándolo junto a su familia. ¿Qué más dice el libro?
Emmily regresó su vista al libro, buscando donde se había quedado.
—La creación de varios Horrocruxes es "costosa" para el creador, tanto por la disminución de su humanidad e incluso por la desfiguración física que conlleva —una sonrisa apareció en los labios de la castaña inconscientemente—. Esto tiene que ser la respuesta Reg.
—Supongo que si —contestó él en un murmullo—. Claro que es eso —se giró para ver los ojos azules de su novia—. El collar que escondió con ayuda de Kreacher, debió ser eso, un Horrocrux.
—Pero aquí dice que con la creación de varios provoca la desfiguración. Eso quiere decir que no sólo es el collar —ambos se quedaron callados un momento, pensando en el gran descubierto.
—Pero, si por lo menos encontramos y destruimos ese, estaremos más cercas de acabar con él —dijo el pelinegro, rompiendo el silencio que se había creado. Emmily sintió un nudo en el estómago al escuchar aquello— ¿O no crees?
Emmily se forzó a mostrar una pequeña sonrisa, aventando a lo más profundo de su mente el sueño.
—Por supuesto. Se podría decir que estamos ayudando a la Orden a detenerlo. Aunque eso signifique que lo vamos a traicionar y quizás nos mate... pero al menos hicimos algo bien.
—Oh, no, Emmily. Ya has arriesgado mucho y no voy a permitir que...
—¿Qué? ¿Qué no te ayude a ir en busca de ese collar? ¿A que no te ayude a destruirlo? Si es eso, estás muy equivocado, Regulus Black —dijo ella, cruzándose de brazos.
—Emmily...
—Nada de Emmily —se acercó más, dejó el libro sobre la cama y coloco sus manos a cada lado de su rostro—. Creí que ya había quedado claro, que todo esto, lo hago por ti. Dejé a mis tíos y primo, por ti. Dejé de lado mis planes de regresar a Norteamérica, por ti. Supuestamente le di mi lealtad al Señor Tenebroso, por ti. Me enfrente a tus padres, principalmente a tu madre y a la loca de tu prima, por ti. Y si tengo que perder mi vida, la perderé por ti. Y créeme cuando digo, que jamás me arrepentiré de hacerlo, por te amo, Regulus, y lo hago como jamás pensé amar a alguien.
Regulus sintió como un nudo comenzaba a formarse en su garganta al escuchar las palabras de la castaña, pues había pensado que, si llegaba a casarse, sería con alguien a quien apenas y conocía, pero allí estaba ella, demostrándole lo que es realmente amar a alguien. No hizo más que abrazarla de la cintura y acercarla más a él, para después besarla de una manera que logró sacarle un suspiro a Emmily.
—Y yo te amo a ti, Emmily —dijo al separarse, juntando su frente con la de ella, ambos mantenían los ojos cerrados—. Y es por eso que no soportaría si algo te pasara.
—No pasará nada malo. Aún tengo que presentarte a mis amigos y escuchar las burlas que me harán —soltó una pequeña risa—, incluso pagar una apuesta, si es que Carlos se acuerda.
Después de aquel descubrimiento, Regulus le pidió a Kreacher que le describiera de mejor manera el collar. Su idea principal era engañar al Señor Tenebroso, haciéndole pensar que, si llegaba a ir de nuevo a aquella cueva, viera el collar y pensara que era el mismo.
Emmily, por otro lado, pensaba si debía decirle o no a Walburga y Orión sobre su sueño de la posible muerte de Regulus. Por un lado, pensaba que quizás ayudarían, los apoyarían, pero por otro, al ver lo felices que estaban cuando Voldemort estuvo en su casa, le hacía pensar que iban a detener a Regulus, que no dejarían que lo hiciera, así que mejor descartó esa idea.
También pensaba en que harían si todo salía bien, ¿a dónde irían? ¿Cuánto tiempo estarían escondidos? ¿Realmente podría evitar que Regulus muera?
Había llegado octubre y en la segunda semana, ella estaba a punto de cambiarse para irse a dormir cuando escucho que alguien tocaba a su puerta, se acercó para ver a Regulus, llevaba su túnica puesta.
—¿Lo vamos a hacer esta noche? —preguntó mientras su corazón comenzaba a palpitar con fuerza. Aún seguía pensando en la manera de evitar que se cumpliera su sueño.
—Aún estas a tiempo de quedarte aquí y esperarme, no tienes que hacerlo.
—Quizás no tengo, pero quiero hacerlo —camino hacia su armario, tomó su túnica, y una pequeña bolsa, donde metió su varita—. Hagamos esto de una vez por todas.
—¿No crees que debería hablar con mis padres? —preguntó mientras bajaban las escaleras en silenció.
—Ya te lo dije, es mejor así, ellos estarán a salvo sin saber lo que vamos a hacer —llegaron a la parte de abajo, donde Kreacher los estaba esperando.
—Tienes razón. Bien, Kreacher, llévanos a esa cueva —el pequeño elfo extendió sus pequeñas manos y cada uno las tomó para desaparecer de Grimmauld Place, sin saber que pasaría después.
