❝A veces podemos pasar años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante❞
Una nueva vida
Un misterioso accidente termina con la vida de la madre de Emmily Potter, su padre murió cuando ella apenas y tenía dos años, y al ser menor de edad, no le quedó de otra que irse a vivir con sus tíos y también padrinos, Euphemia y Fleamont Potter. Extrañaría Norteamérica, al colegio Ilvermorny, sus amigos, pero entendía que no podía quedarse ella sola y, además, siempre tuvo curiosidad por conocer Hogwarts, aunque no esperaba que fuera de esa manera.
Esa tarde llegó junto a su tío a la que sería su hogar por ese tiempo, después de haber hecho una rápida visita al Ministerio Británico para arreglar algunas cosas. En la sala, los estaba esperando Euphemia, que, apenas los vio entrar, se puso de pie.
—Cariño, por fin llegas —Euphemia se acercó a su sobrina, abrazándola con cariño mientras Fleamont dejaba la maleta a un lado.
—Hola tía, lo siento, mis amigas no me dejaban ir —contestó la castaña con un deje de tristeza en su voz.
—Siento mucho que tengas que cambiar tu vida tan drásticamente —la mujer le acarició la mejilla con puro amor—, pero espero y te sientas cómoda aquí con nosotros.
—Siempre me he sentido cómoda con ustedes —les regaló una ligera sonrisa a sus tíos, para después ver a su primo aparecer en la sala.
—Emmily —la saludo el azabache, terminando de acercarse a ella.
—James —respondió la castaña, recibiendo el abrazo que le dio su primo, sintiéndolo diferente a los demás que solía darle. Aunque en ese momento todo lo sentía diferente.
—James, porque no le ayudas a llevar su maleta a su habitación, mientras empiezo a preparar la cena —pidió Euphemia mirando a su hijo.
—Claro mamá —James tomó la maleta que llevaba Emmily y le hizo una seña con la cabeza, mostrando una pequeña sonrisa— vamos.
Dejó que pasará primero y la siguió por las escaleras en silencio. No es que fueran muy lejanos o que llevaran una mala relación, para nada, solo que todo lo que había vivido Emmily en tan poco tiempo no le dejaba pensar muy bien y eso lo notó James al instante, que decidió romper el silencio.
—¿Cómo te sientes Emmy? —James casi se arrepintió por esa pregunta, sabía que era estúpida, pero no se le ocurría que decir precisamente.
—Pues... —la castaña soltó un suspiro y se encogió de hombros— Algo abrumada, quizás. Mi madre está muerta, tuve que dejar mi vida, a mis amigos, el colegio...
«Sin mencionar lo otro»
—Ya lo dijo mi madre, cambiar tu vida no será fácil, pero, ¿Para qué es la familia si no es para dar apoyo? —dijo con una pequeña sonrisa cuando su prima lo miro— Porque sabes que cuentas con mi apoyo para lo que sea.
—Si, lo se.
James abrió la puerta al final del pasillo, la habitación que siempre ocupaba cada que iba a visitarlos que ya tenía algunas cosas suyas, no muchas. Entró, observando a su alrededor, como era costumbre en ella.
—Te dejo para que te acomodes —habló James dejando la maleta sobre el banco a los pies de la cama. Emmily le dio las gracias y el mayor salió, dejándola sola, pues sabía que lo necesitaba.
Emmily respiro profundo y siguió viendo la habitación. La cama matrimonial en el centro, dos mesitas de noche a cada lado, el armario en un extremo y la puerta al baño del otro lado, así como las grandes ventanas que dejaban entrar una brillante iluminación y sabía que, si las abría, una refrescante brisa entraría por igual.
Se acercó a la ventana y vio el gran patio, el bosque se alzaba detrás de la casa y era algo que siempre le gustó, la naturaleza, su casa casi en medio del bosque y cada que miraba por las ventanas, veía los árboles o a los animales pasearse cercas. Sin olvidar del delicioso aroma que adornaba la casa.
Regresó adentro y comenzó a acomodar sus cosas, coloco las fotos que había decidido llevar consigo sobre las mesitas de noche, una donde aparecía sus padres y ella de más pequeña, otra donde solo salían su madre y ella sonriendo a la cámara y la última, que era donde salían todos sus amigos, sonriendo y haciendo caras graciosas.
Trato de distraerse todo lo que pudo para evitar llorar de nuevo. Ya no quería llorar, pero también quería solo meterse a la cama y no salir hasta que olvidara todo. Cosa que sería difícil. Después de un rato, bajó para ver en que podía ayudar a su tía, necesitaba mantenerse distraía para no pensar precisamente en eso.
—¿Le ayudó a algo? —preguntó entrando a la cocina, donde su tía estaba frente a la estufa.
—Gracias, cariño, pero técnicamente ya está todo listo —contestó la mujer sonriéndole—. Tu relájate, y si quieres ir a molestar a James, está en el patio con su escoba.
La castaña asintió y salió de la cocina, se dio una vuelta por la sala, pasó la punta de los dedos por la superficie del piano, pensando que, quizás vuelva a tocarlo. Recorrió las fotos que estaban sobre la chimenea, las cuales mostraban a un pequeño James rodeado de sus padres, con regalos, sobre una escoba de juguete y una donde aparecía ella, quitándole un juguete mientras él se iba encima suyo para recuperarlo.
—¿En qué posición me dijiste que juegas? —preguntó ella llegando junto al azabache, que estaba sentado debajo de un árbol, puliendo su escoba. James alzó la vista al escucharla y le sonrió.
—Cazador, y también soy el capitán del equipo —la castaña se sentó frente a él— ¿Tu jugabas?
—Era la suplente.
—¿De qué posición?
—Según mi capitán, era muy buena para ser cazadora y buscadora, aunque me dieron el lugar de buscadora los últimos partidos.
—Así que muy buena siendo cazadora, ¿eh? —preguntó alzando una ceja, queriendo pincharla y hacerla o reír o enojar— No creo que más buena que yo, primita.
—Oh, apuesto que si lo soy.
—En ese caso, podemos jugar un rato y comprobarlo ¿Supongo que traes tu escoba?
—Supones bien.
—No se hable más —se puso de pie casi de un salto, extendiéndole la mano a su prima para ayudarla a ponerse de pie—, ve por ella y también para ver qué tan buena buscadora eres.
—¿Y cómo lo vamos a ver eso...? —preguntó, pensando que su primo le lanzaría algunas pelotas pequeñas, pero alzó las cejas al ver la Snitch dorada que James sacó de su bolsillo.
—Digamos que la tome prestada desde mi quinto año —respondió a la pregunta que le hizo la castaña con la mirada.
Emmily negó con la cabeza algo divertida, fueron adentro de la casa por la escoba y hacer un pequeño partido en el patio. Sabía que eso lo hacía James para distraerla y se lo agradecería eternamente, a pesar de que no sepa todo lo que pasó.
Después de todo, estaría ahí hasta que termine sus estudios y cumpla la mayoría de edad, después de eso, regresaría a Estados Unidos y continuaría con su vida lo mejor que pudiera.
Toujours Pur
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𝙉𝙚𝙭𝙩 𝙩𝙤 𝙮𝙤𝙪 // 𝙍𝙚𝙜𝙪𝙡𝙪𝙨 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 (𝘗𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳𝘢 𝘗𝘢𝘳𝘵𝘦) ✔️
Fanfiction(Corregida) Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos. La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.